El hombre se las prometía felices, en la Junta le habían dicho que existía voluntad para cerrar de una vez la aprobación del PGOU almeriense. Hasta el consejero del ramo se comprometió con el edil de Urbanismo almeriense. El señor Castellón ya se veía como el hombre que había logrado desatascar el tan esperado Plan de Urbanismo. Los días, las semanas y los meses han pasado y Miguel Ángel Castellón se ha ido “mosqueando” ante el silencio de la sevillana Junta. No hay quien pueda con ellos. Se ha empeñado el padre Betis y sus hijos en que Almería no tenga PGOU, y de nuevo veremos pasar un año más en blanco. ¡Y los que te rondaré morenaza de Triana! Menos mal que la crisis no está apretando en lo que a construir viviendas se refiere, si fuera al contrario no sé qué tendrían que hacer los almerienses para encontrar un techo donde refugiarse, ¿trasladarse a Sevilla? 
¿Tiene algo la Junta contra el urbanismo almeriense, contra Almería, contra el Ayuntamiento, contra el señor Castellón, contra el equipo de gobierno por ser del PP? No se entiende en caso contrario el boicot que desde hace más de quince o veinte años le viene haciendo la Junta al Ayuntamiento de la capital. Algo tiene que haber, algo ha hecho Almería que el gobierno que dormita en Sevilla no perdona. Es duro tener que estar en manos de alguien que no te quiere. Y me parece que en el gobierno de Andalucía, Almería no es de las favoritas. Si es que eso de sentirse más murciana no siente bien en las riveras del Guadalquivir y no lo van a perdonar. Lo siento por el “mosqueado” Castellón. Ya se ha caído del guindo. 
¿Y si Almería le hiciera a Susana lo que Cataluña le hace a Rajoy? Si pidiéramos la independencia de Andalucía lo mismo empiezan a tenernos en cuenta, nos aprueban el PGOU y llegan los millones para inversiones como ha hecho Rajoy con Cataluña. Lo que está visto por estas tierras es que si no lloras y no gritas te cierran el grifo, vamos que no “mamas”. Y es posible que Almería no se haya quejado con la contundencia necesaria. Se imaginan mociones en Diputación y ayuntamientos solicitando salirse de Andalucía. ¡Exagerao! En cierta ocasión más de la mitad de los almerienses dijeron que no a Andalucía, ¿o ya no se acuerdan? Y más que una madre parece una madrastra.