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Ha fallecido Isidro Fernández Capilla, 'El Pantani' de Adra

Su esposa Ana ha sido sus dos ruedas, su mejor manillar en el que apoyarse el dos veces campeón de Andalucía

Isidro Fernández Capilla, 'El Pantani' de Adra.

Isidro Fernández Capilla, 'El Pantani' de Adra.La Voz

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El dos veces campeón de Andalucía nos ha dejado a la edad de 95 años. Así lo han comunicado familiares. Falleció este domingo, siete de diciembre, en el Hospital de Poniente rodeado de sus hijos y su gran muleta en esta vida, su mujer Anita. Su cuerpo está siendo velado en el Velatorio Oliver. 

La misa de corpore insepulto se realizará hoy lunes a las 10:00 horas en la Ermita de San Sebastian de Adra. Hace unos meses, familiares y amigos le realizaron y brindaron un entrañable homenaje a través de los compañeros de Canal Sur Televisión en Almería para el programa 'Andalucia Directo'. Descanse en paz.

In Memoriam, Isidro Fernández Capilla, a piñón fijo

Su esposa Ana ha sido sus dos ruedas, su mejor manillar en el que apoyarse el dos veces campeón de Andalucía.

Adra despide hoy a uno de sus hijos más queridos, un símbolo de constancia, humildad y pasión por la vida: Isidro Fernández Capilla, conocido con cariño como “Cantinflas” o “El Pelón de Adra”. Su muerte deja un vacío profundo en su familia, en sus amigos y en toda la comunidad ciclista andaluza, donde su nombre está escrito con letras de esfuerzo y de gloria.

Isidro Fernández Capilla junto a su mujer.

Isidro Fernández Capilla junto a su mujer.La Voz

Nacido en el Barrio de Cavite, un 6 de febrero de 1930 según su propia memoria prodigiosa, Isidro creció entre dificultades que templaron su carácter. Huérfano de padre desde los 12 años, aprendió pronto a luchar por la vida: cargando leña, transportando pescado, recorriendo a diario kilómetros imposibles por caminos de pedrisco… siempre acompañado de una bicicleta, la compañera inseparable que marcaría su destino.

Porque Isidro no montaba en bicicleta: vivía en ella. Desde niño descubrió en el ciclismo un camino de libertad, de superación y de alegría. Sus primeras competiciones, su ascenso por la Cuesta del Faro o su séptimo puesto en el durísimo Campeonato de España de Montaña al Mulhacén —tras vencer una pájara gracias a un racimo de uvas ofrecido por un pastor— forjaron la leyenda que la ciudad aún recuerda.

Conquistó carreras por toda Andalucía y España, desde el V Circuito a la Alpujarra hasta campeonatos provinciales, regionales y trofeos urbanos donde su presencia levantaba pasiones. Era un corredor temido por su fortaleza y querido por su nobleza. Con más de cincuenta años volvió a vestirse de corto para demostrar que la edad jamás detiene al corazón de un verdadero deportista: ganó el Campeonato de Andalucía de Veteranos, sumó victorias en innumerables pruebas y continuó pedaleando hasta bien entrada su vejez.

Isidro Fernández Capilla. (Foto familiar)

Isidro Fernández Capilla. (Foto familiar)La Voz

Su vida estuvo marcada también por una caída que lo apartó ocho años de la competición y rompió su sueño de correr la Vuelta a España, pero jamás apagó su espíritu. Como él mismo demostraba, la resiliencia era su energía más poderosa.

Fuera de la carretera, Isidro fue un hombre de familia ejemplar. Junto a su esposa, Ana Rosario Cortés, con quien compartió más de setenta años de amor y complicidad, formó un hogar humilde y trabajador. Le sobreviven sus hijos Rosario, José Manuel, Isidro, Juan Carlos, Sofía y Ana Belén, además de nietos y biznietos que heredarán su memoria y su ejemplo.

En la peña Ciclista Velocipédica granadina, con Jiménez Quiles y los hermanos Bravos, rivales en sus tiempos. (Foto familiar)

En la peña Ciclista Velocipédica granadina, con Jiménez Quiles y los hermanos Bravos, rivales en sus tiempos. (Foto familiar)La Voz

Adra lo vio pedalear hasta casi los 90 años, saludando sonriente, ligero como siempre. En 2022, el municipio le rindió homenaje inaugurando con él un tramo del carril bici: un gesto simbólico para un hombre que fue —y será siempre— parte del alma ciclística de la ciudad.

Quienes lo conocimos sabemos que Isidro Fernández Capilla no fue solo un ciclista. Fue un referente, una inspiración, un hombre bueno y generoso, un protagonista de historias que hoy se cuentan con emoción. Si la bicicleta alarga la vida, él fue la prueba viviente: un campeón que pedaleó sin descanso hasta su último aliento.

Hoy Adra pedalea un poco más despacio. Hoy el ciclismo pierde a uno de sus gigantes. Pero su legado —como él pedaleaba— seguirá avanzando, firme, eterno y lleno de vida.

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