¡Goool de Señor!
Se ha ido un periodista amigo de Almería, de sus Juegos, de la FAAM, el locutor que nunca se emocionaba y que una noche consiguió emocionarnos con un grito con gallo

José Angel de la Casa, fallecido a los 74 años, presentó en Almería el proyecto de Ciudad Deportiva en 2007.
"Si aman a una mujer o a un hombre, no se metan a curas". Era su frase de guerra, metafórica, explicativa -como era él, 100% explicativo, 0% valorativo- en aquel Curso de Periodismo Deportivo en la Cumplutense al que uno asistió como alumno a principios de los 90, con José Angel de la Casa como profesor estrella; "Si quieren ser periodistas deportivos, olvídense del equipo de sus amores, del equipo de su ciudad, hasta del equipo de su pueblo, olvídense de la camiseta y cuenten lo que ven, sin más, si quieren ser forofos, sean fontaneros, pero no periodistas". Y a continuación llenaba la pizarra de cuadros sinópticos con cualidades y defectos de los periodistas, como si fueran fórmulas matemáticas.
Era así de radical José Angel, con su carilla de seminarista, con su voz apagada, lo contrario de lo que imaginábamos que debía ser un narrador, la antítesis de Héctor del Mar, por ejemplo. Pregonaba lo que era. Uno tiene metido en la cabeza, como toda la España de la época, ese 'Goooool de Señor', con gallo de morón incluido, que nos sacó del letargo de una Selección que, entonces, no ganaba ni a las chapas. Era 1983 y De la Casa era como de nuestra familia, como si viviera con nosotros en el salón. Con su estilo pausado en las retransmisiones de la Selección -"si la gente ve el partido, yo no puedo engañarlos creando falsos peligros en el área"- se convirtió en un tipo creíble, sin imposturas: soso, aburrido, nada fogoso, se diría que no tenía corazón (excepto el día de Malta, que se le rompió); pero también era riguroso, analista y se rodeaba de gente experta como Michel o Di Stefano que lo complementaban. Si trabajase ahora, un tipo neutral y templado como él, no se comería un torrado en ningún programa. Sería apabullado por el estilo pancartero de Roncero o J. Jordi, por ejemplo.
José Angel de la Casa tuvo cierta relación con Almería, cuando fue fichado como colaborador del Comité Olímpico de los Juegos Mediterráneos en Almería (COJMA) y como coordinador de las retransmisiones deportivas. Tuvo también un papel protagonista en la presentación del primer proyecto de la Ciudad Deportiva de la UD Almería en 2007, en la era de Alfonso García, cuando formaba parte de la empresa promotora Grupo 2002, quien lo trajo en avión para una hora, para presentar el plan de instalaciones deportivas en el Gran Hotel Almería, junto a Francis Miras, Alfonso García, Guillermo Blanes, Sedeño, Ricardo García y compañía.
La Federación Almerienses de Personas con Discapacidad le concedió el premio FAAM de Oro a la Comunicación en 2018, cuando el periodista, ya retirado, había empezado a desarrollar una enfermedad de Parkinson.
Se ha ido José Angel de la Casa, que no era un periodista deportivo más; se ha ido quien llevó la brújula de las retransmisiones de la Selección en TVE cuando no había más canales, durante tres décadas; por pantalones había que escuchar el estilo sobrio de José Angel: minuto, dorsal, lugar del campo y poco más. Nosotros nos comíamos las uñas cuando Eloy falló el penalti con Dinamarca en el mundial y José Angel, decía aquello de "mala suerte, otra vez será", con la templanza de un fraile franciscano y sus gafas de miope. Porque De la Casa, durante 30 años comentando partidos de la rojigualda, fue un perdedor que nunca pasaba de Cuartos, como todos nosotros, aunque él había sido futbolista semiprofesional en el Talavera manchego y sabía lo que era el olor a linimento de un vestuario; fue retirarse de los micrófonos y empezar España a salir de la mediocridad de aquellos partidos con Yugoslavia o Albania o Islandia, de aquellas calcetas gachas de Gordillo, de aquellos gritos de guerra de Rincón y Maceda, de aquella sangre de Luis Enrique contra Italia; fue irse José Angel y llegar la Roja, con todo lo que hemos disfrutado después. Descansa en paz, profesor.