El pasado día 5 de junio mi familia quedó sumida en un gran abismo de tristeza, desesperación e impotencia. Rafaela Gracia Pedraza dio su último suspiro y dejó de habitar entre nosotros para ir a ese lugar reservado para los privilegiados, aquel donde residen los que, al igual que ella, tienen alma angelical. Aquí y ahora, con unos días de distancia y de dolorosa reflexión, hoy quiero dedicar un recuerdo a mi querida hermana. Quiero decir que me duele la vida en su conjunto, que me duele el pasado porque debería de haberle dicho más veces que la quería, porque debería haberle dado más momentos de felicidad y alegría. Me duele el presente porque me oprime la impotencia de lo inevitable y me duele el futuro porque todo será distinto con su ausencia. Luchadora Hoy quiero poner especial vehemencia en el recuerdo de esta luchadora, Rafaela, que con coraje y un optimismo sin barrera supo sortear las dificultades durante esa larga y dura enfermedad. Nunca pronunció un me duele, un no puedo, un no quiero. Ni siquiera la doblegó el duro tratamiento al que fue sometida, todo lo contrario siempre guapa, con entusiasmo y muchas ganas de vivir supo disfrutar como nadie con sus seres queridos el tiempo, que en estos casos es el peor de los límites. Que fuerza Rafaela, que manera de encarar la vida y la muerte, siempre con una sonrisa, siempre con una iniciativa para realizar mañana, siempre esperando una mejoría que, por desgracia, no fue posible. ¡Qué asco! Te venció, no pudo ser, una vez más la fría y asesina enfermedad ha ganado la partida y se ha llevado a una persona muy necesaria para todos lo que nos quedamos sumidos en el abismo desde el día 5 de junio de 2016. Son muchos los que te añoran, a todos ellos, especialmente a tu madre e hijos, les digo que todo lo que una vez disfrutamos nunca lo perdemos. Que todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos, y eso no nos lo puede arrebatar ni esta cruel enfermedad. Como decía Kafka "El hombre no puede vivir sin la confidencia inquebrantable de que dentro de si vive algo esencialmente indestructible". Esta reflexión es lo que ahora aporta algo de luz a la oscuridad en la que me encuentro sumida. Sé que tu bondad, tu cariño, tu ánimo y tu respeto a la vida quedará para siempre con todos aquellos que tuvimos la suerte de tenerte en vida. Sé que tú en esencia formarás parte de todos nosotros para siempre. Descansa en paz. Te queremos