“Espero algún día verte y poder abrazarte vida mía”

Hace más de un mes que partiste. Hemos aceptado vivir en tu recuerdo, tu sonrisa, tu forma de mirar... Te tenemos presente en cada momento de nuestras vidas y lloramos tu ausencia. Rafa, el día que te fuiste se oscurecieron los días y a su vez nuestros corazones, dejándonos una angustia, dolor y una gran herida en nuestro corazón. Es muy difícil, parece una pesadilla de la que se quiere despertar. Parece que vas a entrar por esa puerta, sentarte con nosotros y contarnos tus cosas, como solías hacer. Se nos caen las lágrimas y nos emocionamos constantemente porque estás en nuestra mente. Cuando más feliz eras, que injusta es esta vida que te juega esta mala pasada a tus 33 añitos. Te lo arrebata todo. Has luchado como un campeón hasta el final. pero esta batalla ha sido difícil de ganar. Tú, que tantas ganas tenías de vivir. Muchos sueños y promesas que cumplir. Realmente no te tenía que haber pasado a tí. Rafa, has sido una persona criñosa, bondadosa, llena de felicidad, alegría y entusiasmo, un padre, hijo, hermano, pareja, amigo... ¿qué puedo decir de tí cariño?. Que en esta vida no ha habido un ejemplar que te pueda reemplazar. Espero algún día poder verte, allí donde estés y abrazarte vida mía. Hasta pronto, te llevaremos en el corazón.