Encarnación Marín Sánchez
Carta a la abuela que me enseñó tantas cosas

Para mí se fue demasiado pronto. Cuando miro al cielo, noto que cuida de mí, siempre hay una estrella que brilla más, y sé que esa eres Tú. A menudo me acuerdo de ella y echo de menos todo, su inquieta mirada, su dulce olor y su tierno amor... Ha sido mi maestra, me ha enseñado a reír, a llorar, a valorar las pequeñas cosas de la vida, y sobre todo, una lección que jamás olvidaré;:me enseño a cuidar de ella como ella cuidó de mi cuando más la necesitaba. Nunca le pedí nada a cambio, y ella a diario me gratificaba con su dulce sonrisa y un infinito “Te quiero”. Sin poder decir ni una palabra, me enseñó valores incalculables, llenos de ternura y agradecimiento. Se fue y me cuesta aceptar que jamás la volveré a ver, pero me quedo con la satisfacción de haberla hecho feliz en los últimos años de su vida. Te echo de menos, estrellita mía, pero quiero que sepas que, estés donde estés, me sigues haciendo feliz. Cuida de nosotros y nunca nos olvides. Te quiero abuelita.