Un perro con más vidas que un gato

Los parlamentarios deben escoger entre la oscuridad de un Caravaggio o la luz de un Sorolla

Emilio Sánchez de Amo
09:00 • 12 ago. 2023

Si alguien nos transporta a un entorno de playa, llena de luz, color y alegría, con niños jugando incluso al desnudo, donde pasear entre aguas cristalinas con encajes dibujados por la espuma del mar, ese es el valenciano Joaquín Sorolla, cuyo fallecimiento cumple estos días un siglo. El mismo que no tenía gran devoción por los caninos, pero en casa suplió sus ausencias con uno, Canelo, y lo incorporó en sus obras, como ‘En el jardín de la Calle Miguel Ángel’. Es curioso esto de los perros, puedes a priori no tenerles mucha simpatía pero les tomas gran cariño a la postre.



Así no extraña el apodo al presidente Sánchez, “Perro Sanxe”, animal político de pura raza, con gran respeto a los mayores, de ahí su determinación en subir las pensiones conforme al IPC, con facilidad para ser tan querido en Europa, leal a España, saca fuerzas de las dificultades para seguir avanzando con inteligencia y adaptación, ama el deporte, tiene interés en agradar a todos,... Por eso encuentra las puertas abiertas de todas las fuerzas políticas del arco parlamentario, no como Feijóo, con quien nadie quiere hablar, un dinosaurio político, al más estilo del temido carnívoro Ulughbegsaurus que, en su afán de que no le devore Vox, se ha apropiado de sus postulados extremistas.



Las dos opciones son igual de legítimas y constitucionales, pero los parlamentarios - no olvidemos que tienen el mandato constitucional de elegir presidente, no el pueblo directamente - deben escoger entre la oscuridad de un Caravaggio o la luz de un Sorolla. Creo que la cosa está más que clara, por más vueltas que le den, Sánchez volverá a repetir porque, a pesar de su raza, tiene más vidas que un gato.









Temas relacionados

para ti

en destaque