Aún tienen la vida

Emilio Sánchez de Amo
01:00 • 22 feb. 2020 / actualizado a las 07:00 • 22 feb. 2020

Escribía Miguel Hernández sobre el niño yuntero: “Contar sus años no sabe, / y ya sabe que el sudor /es una corona grave / de sal para el labrador.” Datos de organizaciones como Save the Children nos muestran hoy una España con visos de la relatada por el poeta; casi el 30 % de la población infantil está en riesgo de pobreza y exclusión en nuestro País, originando consumo de drogas a temprana edad, delincuencia o explotación infantil laboral y sexual. La pobreza educativa se hace presente por ausencia de condiciones óptimas para estudiar, lo que les condiciona el resto de sus vidas, condenándonos a la pobreza como país.


Más que nunca, es fundamental la labor de los ayuntamientos para paliar esta situación, con ayudas directas o a través de asociaciones y las ONG. Esto le cuesta entenderlo a alcaldes como el de Almería capital que descuida especialmente barrios como Pescadería, donde hace unas semanas se produjeron desde tiroteos con fallecimiento hasta la quema de una casa con un cóctel molotov, “la ley de la selva” a la que está ayudando el alcalde con su inacción, provocando inseguridad en la ciudad.


Y con estos mimbres, hay quienes consideran mal que el Gobierno haya subido el Salario mínimo interprofesional a 950 €; se olvidan de que es menor que en países con los que queremos compararnos y competir, Alemania tiene su SMI en casi 1600 €, y Francia en algo más de 1500 €.



Se trata de que los que tanto tienen tengan menos y viceversa. Por eso, las reivindicaciones del sector agrícola son más que justificadas, y claro que deben seguir gritando y apretar hasta que el poder político les de soluciones para mejorar sus vidas.


Aún podemos revertir esta situación y salvar de la miseria las vidas de muchas niñas y niños de hoy, mujeres y hombres de mañana, porque, como decía Hernández en los versos eliminados en Madrid por la ignorancia, la venganza o la estupidez de la derecha “Retoñarán aladas de savia sin otoño / reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. / Porque soy como el árbol talado, que retoño: porque aún tengo la vida.”






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