“Me duele ir al Hospital de Poniente y que solo veas invernaderos”

“Cantar en Madrid sobre mi tierra es bonito; es como abrir una puerta porque estamos olvidados“

“Me duele ir al Hospital de Poniente y que, mires donde mires, solo veas invernaderos”.
“Me duele ir al Hospital de Poniente y que, mires donde mires, solo veas invernaderos”. La Voz
Luis F. Bonilla
19:48 • 13 jun. 2020

Almería es una tierra a la que le cuesta levantar la voz por lo suyo. Laura Insua (Almería, 1989), conocida sobre los escenarios como Lúa Sua, decidió hace años que su manera de hablar de los problemas que le duelen de su patria chica sería sobre un escenario y con una guitarra. El próximo 24 de julio volverá a hacerlo, esta vez en Clasijazz y acompañada por Lumaga. Sonarán letras que hablan de ecología, lucha social, feminismo y conciencia colectiva por un mundo un poco más justo.






Escuchando tus canciones se podría decir que eres tan escritora como música.




Claro, por eso digo que soy cantautora, porque los cantautores hacen mucha narrativa. Hay otros tipos de música que ponen énfasis en otros lugares: en ritmo, en la instrumental o en lo que sea. Lo cantautores, y también los raperos, hablan más desde ese lugar discursivo.

¿Se está perdiendo esa figura? Parece que cada vez hay menos.




Yo no creo que haya pocos, lo que creo es que somos poco visibles. También es porque yo me muevo dentro de este contexto, pero en Madrid hay bares de micros abiertos donde se promueve la música de autor. Luego, piensas en figuras como Rozalén que, aunque vaya con una banda, siempre fue cantautora.

En tu tema ‘Vocales que se alargan’ muestras un cariño a tu tierra y reivindicación, pero desde un punto crítico.




Yo hablaría de defensa del territorio. Estuve dos años de viaje con la mochila por México y, si algo rescato de allí, es las luchas por la defensa del territorio. Es algo que aquí ya es campo perdido; da igual que se construyan edificios o invernaderos, es como si las luchas que tienen que ver con lo ecológico no tuvieran importancia y lo consideráramos, incluso, deseable.

¿De dónde crees que viene esa desafección o esa falta de amor?




No creo que sea falta de amor. Almería ha sido siempre una tierra muy pobre e invisible. De repente, cuando toda la costa mediterránea estaba súper explotada, aparece ese nicho de mercado. La gente pide puestos de trabajo y todo se llena de invernaderos porque enriquecen, pero van en detrimento del territorio. Yo considero que es pan para hoy y hambre para mañana.

También dices que “te duele” Almería. ¿Qué te duele?




Me duele levantar la cabeza y ver un mar de plástico. Que vayas al Hospital de Poniente y, mires donde mires, solo veas invernaderos, es duro. Que desde el espacio se vea Almería por los invernaderos es fuerte. Que haya asentamientos chabolistas gigantes en San Isidro, en Barranquete o en El Ejido con situaciones de miseria, que viven en chabolas, sin papeles y sin contratos. Y todo eso está muy vinculado al tema de los invernaderos, es una realidad. Me parece miserable. Y que, además, haya una cantidad de inmigración en una tierra que es muy racista porque ¿dónde están los inmigrantes? No están en nuestros espacios, hay una gran segregación.

¿Cómo es cantar de Almería y sus problemas en Madrid? ¿Se le hace extraño al público?


Es bonito también porque es abrir una puerta. Es un tema muy especial que me hace que hable sobre mi tierra, que a la vez me genera un enfado y una tristeza. Una de las cosas que me enfada es que Almería es muy bonita para venir de vacaciones e ir a la playa, pero luego las luchas que llevamos a cabo aquí por la defensa del territorio no se apoyan; estamos un poco olvidados, falta un poco la otra parte. Les interpelo y les pregunto por Cabo de Gata o Los Genoveses, que son lugares que conocen, pero también les pregunto si saben lo que pasa en los invernaderos o en La Molineta.


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