“¿Santiago Abascal? ¿Quién es ese tío? ¿Qué es Vox? No sé de qué me hablas”

Luna Miguel acaba de publicar su primera novela

Luna Miguel vive en Barcelona, donde trabaja como periodista. Ha publicado cinco libros de poesía. (Foto: Martina Matencio)
Luna Miguel vive en Barcelona, donde trabaja como periodista. Ha publicado cinco libros de poesía. (Foto: Martina Matencio) La Voz
Marta Rodríguez
07:00 • 20 ene. 2019

Aún no ha alcanzado la treintena y lleva la mitad de su vida escribiendo. Luna Miguel (Alcalá de Henares, 1990) es una de las voces de la literatura actual que más se expone en las redes sociales. Creció en Almería al calor de El Gaviero Ediciones. En su primera novela, ‘El funeral de Lolita’ (Lumen), explora el mito del personaje de Nabokov.



¿Alguna vez se ha sentido una lolita?



Sí, porque la palabra ‘lolita’ ha degenerado en un insulto hacia las adolescentes o las mujeres jóvenes que tienen ambiciones (personales o profesionales). Por eso, cuando alguien me ha llamado incluso cerca de la treintena “la lolita de la poesía”, en tono despectivo, negando mis capacidades y mi madurez, me he sentido como tal, y lo he odiado.



¿Se publicaría hoy la célebre obra del escritor ruso?



Por supuesto. Tenemos un panorama editorial muy rico, que publica cosas arriesgadas. Hace apenas un año aparecía la novela anónima ‘Incesto’, o qué decir de autores como Christine Angot o Michel Houellebecq, tan presentes en nuestro panorama. Creo que la gran pregunta hoy es: ¿estamos capacitados para seguir leyendo de manera crítica obras como ‘Lolita’?



¿Está el arte amenazado por lo políticamente correcto?



Te lo digo como lectora, editora y escritora: no. Los únicos que amenazan son los que no logran sortear su mirada conservadora y cerrada sobre el mundo.



Periodista y poeta, ¿qué ha sido lo más difícil a la hora de escribir su primera novela?

Precisamente esas dos palabras me han ayudado mucho a escribir ficción. Por un lado la constancia del periodismo literario que ejerzo y por el otro el ritmo de la poesía. Me han servido para lanzarme a una escritura de largo aliento, que quiero seguir experimentando.


Pertenece a una generación de escritores que nació con Internet. ¿Hacer más accesible la poesía ha conllevado una pérdida de calidad?

Creo que la “mala poesía” existía antes de Internet. Y seguirá existiendo vengan las nuevas tecnologías que vengan. Otra cosa es que decidamos leerla o no.


La vemos en la cubierta del libro, ¿qué sería de Luna Miguel sin su imagen?

Más que el rostro, yo creo que lo que importa en esa cubierta es el pelo. Pero tienes razón, supongo que tiene que ver con mi presencia en redes sociales desde muy joven. 


¿Ser mujer y joven ha hecho que la tomen menos en serio?

Sí, constantemente. En el trabajo, en la literatura, incluso en círculos íntimos. Es algo que nos ocurre a todas. 


¿Hay machismo en el mundo literario?

Como en todos los sectores de la sociedad, hay un machismo brutal, que poco a poco se va corrigiendo. Basta con ver cómo están cambiando algunos catálogos editoriales y cómo se recuperan ciertas voces o se confía en lo que tienen que decir las escritoras contemporáneas. Como comentaba la periodista Clara Morales hace poco, es el tiempo de una nueva generación, pero también de la genealogía. 


¿Le recomendaría ‘El funeral de Lolita’ a Santiago Abascal, líder de Vox?

¿Abascal? ¿Quién es ese tío? ¿Qué es Vox? No sé de qué me hablas. 


El cierre de El Gaviero, la editorial de su familia, dejó un vacío en la cultura de Almería. ¿Se ha cubierto ese hueco?

Sinceramente, me he mantenido algo al margen porque aún me afecta mucho pensar en todo eso. Aunque sé que se están haciendo cosas importantes: esos ciclos literarios tan dulces, la constante reivindicación de Valente, las exposiciones del CAF, las voces emergentes de la poesía… 


Por no hablar de Almería como escenario literario. En los últimos meses han aparecido hasta tres novelas internacionales con la ciudad como escenario principal. ¡Siempre es una sorpresa y una alegría reconocer los paisajes!


¿Cómo ve Almería en sus visitas? ¿Qué echa en falta?

De nuevo siento que no soy capaz de decir qué echo en falta porque Almería para mí es un paraíso y un refugio. Lo que echo en falta es no pisar más sus calles ni mirar más su cielo ni brindar más con los amigos que la habitáis. 


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