Crónicas del Ayer: El enigma de los diabólicos fuegos de Laroya

La fecha de aparición de este fenómeno se concreta en el 16 de junio de 1945

Estos fuegos espontáneos fueron noticia de portada en la prensa local y nacional.
Estos fuegos espontáneos fueron noticia de portada en la prensa local y nacional.
José Ángel Pérez
21:08 • 12 feb. 2023

Solo duraron algo más de dos meses. Verano de 1945. Para muchos vecinos de Laroya fue un verano infernal y nos les faltaba razón. Hacia apenas seis años que había terminado la guerra civil española y aunque en esta pequeña localidad de Los Filabres la contienda no tuvo catastróficas consecuencias, muchos llegaron a pensar que sobre el pueblo había caído una maldición y que estaba siendo castigado por alguna plaga bíblica en forma de fuego, que de manera espontánea y sin aviso comenzó a extenderse entre los vecinos, casas. animales y enseres.



En el pueblo se declararon alrededor de unos trescientos incendios y especialmente el 24 de junio, fueron más de cien. Un fuego con intensas y azuladas llamas que cada día se convertía en una auténtica pesadilla para los habitantes del pueblo.



La fecha de aparición de este fenómeno se concreta en el 16 de junio de 1945. Estos fuegos espontáneos fueron noticia de portada en la prensa local y nacional, como ABC o El correo de Andalucía entre otros. Diversos meteorólogos, sismólogos y geofísicos, llegaron en días sucesivos hasta Laroya para intentar descubrir las causas de estos enigmáticos fuegos.



Su conclusión fue peor que el misterio del caso hasta que finalmente, el profesor Cubillo Fluiters, reputado científico fue quien dio la respuesta definitiva al asunto. ¿Fueron los incendios producidos por causas meteorológicas? Según el profesor Cubillo, en absoluto. Nadie sabia a ciencia cierta qué causó los incendios de Laroya planteándose hipótesis que oscilaban desde posibles armas secretas o un aumento de la radiactividad, hasta la existencia de determinadas propiedades químicas en la sierra de Filabres que provocaron la combustión. 



Tras lo ocurrido, el asunto se silenció y nadie más se desplazó ya a Laroya para descubrir las causas de los incendios. La Guardia Civil, siguiendo instrucciones del Gobernador Civil, mandó callar a los vecinos y en los periódicos dejó de hablarse definitivamente del asunto






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