La dirección del bar La Aduana, ubicado en la Plaza del Carmen de Almería, prevé abrir en régimen de arrendamiento la antigua botica de Durbán, cerrada hace justo cuatro años en plena Puerta Purchena. La idea de los inquilinos, que llevan trabajando más de un año en el nuevo modelo de negocio, es la de convertirlo en un nuevo bar con algunas características especiales aún por definir. Es un nuevo ejemplo de que las instalaciones de hostelería van ocupando espacios del Centro que antes estaban dedicados a otros negocios tradicionales. El espacio ocupa una esquina señera de la Puerta Purchena, haciendo chaflán con la Plaza del Carmen, bajo una espectacular casona neoclásica diseñada en 1925 por Guillermo Langle, al lado de otro inmueble también historicista, proyectado por López Rull en 1910, cuyos bajos están ocupados por un establecimiento de la marca Pronovias.
La botica de Durbán de Puerta Purchena, era la más antigua de la ciudad desde que fue abierta en 1862, y cerró sus puertas en el verano de 2019. La licencia del establecimiento ha sido traspasada a un nuevo farmacéutico que abrirá local en la zona de la Vega. El local, enfrente del kiosco Amalia, propiedad de las familias Durbán y Monterreal.
La farmacia ya extinguida fue inaugurada hace 160 años por José Quesada Gómez, un pechinero que tuvo también el honor de ser el albacea de Francisca Giménez Delgado, una de las mecenas del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Almería. Quesada instaló primero la botica en donde estuvo luego la Tijera de Oro y en 1880 se trasladó a su emplazamiento en la Puerta Purchena, que se convertirá pronto en un nuevo bar en el centro de la ciudad.
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