El Almería, condenado por la negligencia de sus directivos

El equipo debería de haber llegado a El Sadar reforzado

Mohamed El Assy sigue sin hablar de la situación del Almería.
Mohamed El Assy sigue sin hablar de la situación del Almería. Rafa Góngora
Miguel del Pino
12:49 • 05 ene. 2024 / actualizado a las 13:44 • 05 ene. 2024

Llegado al término de la primera vuelta de la Liga es evidente que se acentúan las urgencias de algunos equipos en función de sus objetivos. Pero de todos los dramas balompédicos que pueden afectar a los clubes de Primera el más grave es que les lleva a bajar de categoría. Es por ello por lo que los directivos responsables del área deportiva suelen trabajar a destajo para proporcionar a sus entrenadores los argumentos necesarios para intentar salir del infierno lo antes posible y mantenerse en la élite.
  



Antes de disputarse la última jornada de la primera vuelta el Almería era y sigue siendo el peor clasificado, situado en el puesto inmediatamente anterior estaba el Granada con sólo 3 puntos más. El riesgo para ambas escuadras era prácticamente el mismo, el futuro quedaba pendiente de la capacidad de los dirigentes ante dos partidos importantes con opciones de puntuar.
    



La directiva del Granada, con su presidente a la cabeza, se ha movido mucho y bien desde que en septiembre se cerrara el mercado estival llegando al duelo contra el Cádiz, vital, con dos nuevos futbolistas que apuntalaran su defensa, su talón de Aquiles. El portero Batalla y el central Mendez debutaron, el Granada mantuvo su puerta a cero y sumó tres puntos ante un rival directo que no se había movido en estos primeros días de enero. Ello ha colocado a los granadinos con 11 puntos y a cinco de la salvación.
    



Balance



Como se demostró en el transcurso del duelo ante Osasuna, el cuadro navarro era un rival asequible porque no tiene demasiado gol pero no suele dar facilidades en defensa. Turki, Mohamed y Joao no supieron dar el valor que tenían los puntos ante el cuadro navarro y permitieron que Garitano acudiera a este trascendental duelo con delanteros con ficha del filial. El resultado fue una nueva derrota porque los almerienses no pueden decir de que color tenía los ojos el meta local.
    



Pese al pesimismo reinante dentro y fuera del Almería la realidad es que mientras que hay vida hay esperanza y si los nuestros hubieran vencido en Pamplona, los locales sólo habían sumado 9 puntos de 27 posibles jugando en casa, hoy tendríamos 8 puntos, habríamos roto la nefasta racha y la zona de respiro de la tabla quedaría a 8 puntos, una desventaja importante pero asumible.
    



Se pregunta la afición rojiblanca en qué habrán empleado los cuatro meses de margen el triunvirato que comanda la parcela deportiva del equipo, que no ha sido capaz de dotar a su técnico de dos jugadores para el ataque, uno  con capacidad de superar duelos individuales, otro para ocupar la plaza de delantero centro vacante desde la lesión de Luis Suárez, un central y un volante con mando en plaza.
    



Me preocupa especialmente la apatía de Turki, un presidente ganador, al que no le ha temblado el pulso a la hora de hacer movimientos importantes y que en esta oportunidad permanece inactivo.
    

La pregunta

Ustedes tres tienen la obligación de no dejar abandonados a su suerte a los futbolistas, al técnico y, sobe todo, a los abonados, tienen que firmar jugadores de garantía que suban el nivel competitivo de la entidad y que le haga acudir a los partidos con fundados argumentos para vencer.
    

La afición ha pagado un abono que le da derecho a ver que su equipo afronta los encuentros con opciones, está legitimado para pedir que los suyos ganen y para exigir un esfuerzo brutal para intentar salir de la situación en la que está y poder disfrutar de algún triunfo en el Power.
    

Estar en boca de todos por los récords negativos que estamos batiendo es un sufrimiento constante para la gran familia rojiblanca que Turki, Mohamed y Joao están obligados a intentar cortar de raíz. El lema del presidente es que ni él ni su equipo se rinden, que lo haga realidad y que dote el vestuario de las incorporaciones necesarias para intentar la hombrada de derrotar al Girona, próximo visitante del Power, un rival mucho más complicado que Osasuna.
    

Nuestro entrenador no tiene pelos en la lengua y reconoce que “nuestra realidad es dura” y apuntilla para patrones y capitanes que no miren hacia oro lado que “estamos jugando sin delanteros”. Se puede decir más alto, pero no más claro.


La vuelta de Luis Suárez, cada vez más próxima, no puede servir de coartada para el triunvirato, hay que reforzar la vanguardia con o sin Suárez. Pónganse manos a la obra y cumplan con sus obligaciones y sus compromisos. “Nos vamos a quedar en Primera”, prometió en su última aparición Mohamed El Assy. Que lo intenten.


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