Lalo camino de los 90

La fundación del Real Oviedo ha subido a sus redes sociales una imagen de Eduardo Gómez García-Barbón, conocido en el fútbol español como Lalo. El que fuera gran jugador de Real Oviedo y Granada ha dejado un incalculable palmarés como entrenador con logros en la provincia de Almería tales como la mejor temporada del Poli Ejido hasta su ascenso a Segunda (1991-92), salvar a la AD Almería del descenso a Regional Preferente de forma milagrosa a comienzos de los setenta y ayudar a Antonio Oviedo en el ascenso del Mármol Macael a la Segunda División B.

El buen gusto de Lalo por el fútbol le llevó a dirigir a los mejores clubes de España, entre ellos al Granada con el que vivió una gran etapa como futbolista en el viejo campo de Los Cármenes. Hoy Lalo afronta el camino hacia los 90 años y lo hace en su ciudad natal rodeado de la familia y de los buenos amigos que le arropan en la Fundación del Real Oviedo.

Si existen los sabios en el fútbol, Lalo es uno de ellos ya que hablar con él antes y después de un partido era pura filosofía y conocimiento. Llegó pronto al fútbol porque un Lalo del siglo XXI se forraría como entrenador ya que sabía manejar el vestuario y los egos de los jugadores como pocos.

El Almería

En la temporada 1974-75 cuando todavía pensaba como futbolista le llamó Antonio Franco Navarro para sustituir a Cayetano Re. Era un día 13 de diciembre y lo primero que hizo Lalo (venía de Murcia o Granada) fue ir a ver una velada de Boxeo a la Nave Deportiva Municipal de Almería. El boxeo era una de sus grandes pasiones.

Con Lalo en el banquillo aquel Almería en depresión (por no lograr el ascenso a Segunda en la eliminatoria frente al Córdoba) empezó a despegar y se salvó del descenso a Regional Preferente. Lalo voló al Pontevedra para seguir creciendo como entrenador ya que la oferta económica del club rojiblanco no se acercaba a la de los gallegos.

Poli Ejido

Lalo no volvería a la provincia de Almería hasta la temporada 1991-92 tras ascender el Poli Ejido a Segunda División B. Sustituir al mítico Juan Manuel Tartilán y afrontar una temporada con obras en Santo Domingo no frenó al asturiano que puso boca abajo la categoría y casi asciende al club celeste a la división de plata.

Colaboró en la planificación de la plantilla y trabajó para el club celeste tres temporada inolvidables. Lalo venía avalado por el ascenso del Linares a Segunda y por su buen fútbol que dejó una huella imborrable primero en la tierra y luego en el césped de Santo Domingo. Hablar en El Ejido de Lalo siempre son palabras mayores.

Mármol Macael

Las nuevas generaciones no lo recuerdan pero en el único ascenso del Mármol Macael a la categoría de bronce aparece la figura de Lalo como el brazo derecho de Antonio Oviedo. Un asturiano y un extremeño que dieron una lección en la liguilla de ascenso alcanzando la gloria para el fútbol macaelense.

Lalo hizo mejores a los jugadores de Oviedo desde el convencimiento y en los momentos de máxima tensión ponía sobre la mesa su sabiduría y templaba las gaitas como pocos. Aquel ascenso contó con su colaboración y los mayores de Macael no lo olvidan.

Real Oviedo

Lo mejor para Lalo es el contacto con el fútbol y sus gentes. El asturiano pasa sus días con la mejor compañía de los amigos de la Fundación del Real Oviedo en su ciudad. La familia siempre a su lado y ese baúl de los recuerdos interminable con sus sabias experiencias.

Los 87 años son pocos para un Lalo que sigue al pie del cañón porque no entiende la vida sin fútbol. Siempre hablando bajo para no molestar pero sentenciando con sus palabras. Los que lo han conocido llevan (llevamos) algo de éste sabio del fútbol que nunca colgará las botas.