Rioja

Aquí puedes llevar la ropa, juguetes o muebles que ya no utilices

Almerienses de toda la provincia acuden al Banco de Ropa de Rioja

Una de las mesas con muestras en este banco de ropa en Rioja.
Una de las mesas con muestras en este banco de ropa en Rioja.
Tito Sánchez Núñez
18:05 • 07 dic. 2022 / actualizado a las 17:59 • 09 dic. 2022

Sandra, Nana, Paqui, Paqui y Mercedes son cinco mujeres de Rioja que dedican parte de su vida, un jueves a la semana, a abrir las puertas de un almacén solidario desde el que ayudan a la gente que lo necesita a disponer de ropa, muebles u otros enseres.



En 2019, Mercedes habló con el entonces candidato socialista a la Alcaldía de Rioja, Manuel Juárez, y le arrancó el compromiso de poner en marcha un banco de ropa en la localidad, sin saber que, por otro lado, Nana había pedido exactamente lo mismo al que luego ganaría las Elecciones Municipales. Promesa cumplida, un pequeño local con apenas dos estanterías puso en común la iniciativa de cada una de estas mujeres, con ropa que ellas mismas iban dejando procedentes de sus armarios o de los armarios de familiares.



Como ocurre en estos casos, el boca a boca hizo el resto. Poco a poco, fue llegando más gente a dejar su ropa e incluso otros enseres. Tuvieron que trasladarse a un local algo más grande, el Centro Ginés Morata, aunque las necesidades de espacio cada vez mayores y la vuelta de las actividades culturales tras la pandemia llevaron al Ayuntamiento de la localidad a buscar otra ubicación más grande, junto al Teatro Municipal de Rioja, que incluso ya están pensando en ampliar debido a la gran cantidad de ropa y enseres que hay ya almacenada.



A Mercedes y Nana se sumaron Paqui, Sandra y Paqui. "Vinieron a traer ropa y se quedaron", explica Mercedes. Con ellas tres, son ya cinco las mujeres voluntarias en este Banco de Ropa que recibió el Premio Civilizaciones de la Mancomunidad del Bajo Andarax y cuya fama fue extendiéndose por toda la comarca, primero, y por toda la provincia, después. Hay clientela habitual de otros municipios como la vecina Gádor, pero también desde Roquetas de Mar e incluso de otros puntos de la provincia.



Abiertos cada jueves de 9:00 a 12:00, a veces desde un poco antes ya que la gente que deja a sus hijos en el colegio aprovecha para dejar alguna cosa, son más de una veintena de personas las que pasan cada día de apertura: cerca de un centenar al mes, más de 1.200 al año. Incluso, si alguien no puede ir en el horario de apertura, llamando al Ayuntamiento pueden concertar hora de cita para dejar sus enseres. "Hemos venido incluso a las nueve de la noche porque había gente que no puede venir al estar trabajando



Su labor solidaria les ha llevado a enviar un cargamento completo con más de una docena de cajas de ropa a Ucrania para cubrir las necesidades básicas de los damnificados y también enviaron otro cargamento a las islas Canarias cuando la erupción del volcán de La Palma. Pero no hace falta buscar ejemplos tan lejanos: en un incendio de chabolas en Níjar, una ONG de la provincia llevó ropa del banco para los migrantes que se habían visto afectados por el fuego. Ellas lavan, cosen y planchan, arreglan lo que se pueda arreglar y si a alguien le queda largo, se lo remiendan. "Todo lo que hacemos es de manera altruista, sin cobrar un duro, e incluso ponemos de nuestro bolsillo, pero no tenemos problema, lo hacemos a gusto y lo pasamos bien", explican.



Abunda la ropa de hombre, que son los que menos se llevan, pero también hay muchas prendas de mujer. Ellas mismas hacen de dependientas en su propia 'tienda', donde no faltan los vestidos de gitana, tampoco los disfraces. Con cada cambio de armario, con las prendas que se quedan pequeñas o que quedan en desuso, incluso con ropa que no ha sido estrenada y mantiene la etiqueta original, el banco se llena de más material. Aunque hay carencias: falta ropa de niños y niñas de 4 a 12 años y de calzado en general.



Además de ropa, en este banco podemos encontrar otros enseres. Juguetes que han desaparecido de las estanterías de cara a las fiestas navideñas y que harán felices a otros niños y niñas; personas que por mudanza desmantelan su casa y dejan sus muebles allí; ropa de cama, toallas, coches de bebé, sillas de ruedas, tacatás... Cada vez hay más enseres y cada vez hay menos espacio. "El año que viene, si todo sigue así, queremos seguir ampliando la sala", apuntan desde el Ayuntamiento.


Temas relacionados

para ti

en destaque