Roquetas de Mar

Un fraude con Tinder y Bitcoin acaba con el suicidio de un vecino de Roquetas

La víctima perdió 36.000€ y se quitó la vida el 27 de diciembre frustrado por el doble engaño

Cuartel de la Guardia Civil en Roquetas de Mar.
Cuartel de la Guardia Civil en Roquetas de Mar. La Voz
Javier Pajarón
20:33 • 14 ene. 2022 / actualizado a las 22:17 • 14 ene. 2022

La Guardia Civil investiga el suicidio de un vecino de Roquetas de Mar estafado en inversiones para la compra de Bitcoins inducidas a través de un perfil falso en la página de citas Tinder. La víctima tenía 49 años de edad y falleció el pasado 27 de diciembre atormentado por el doble engaño de perder su dinero en la adquisición de moneda virtual y sufrir el rechazo de la supuesta pareja conocida a través de la red social.




La trama deja la muerte de J., una deuda económica y una familia destrozada por la pérdida y por la impotencia. “Nadie sabía nada en la familia, no nos contó nada y lo que sabemos es lo que hemos encontrado ahora”, relata a LA VOZ DE ALMERÍA una persona de su entorno.




J. de 49 años de edad, formado e inteligente, según sus allegados, había pasado una mala racha personal. En los últimos meses se había abierto varios perfiles en redes sociales y mantenido conversaciones en Meetic y Tinder.




En esta última plataforma, conoció a A., una mujer de rasgos asiáticos afincada presuntamente en Madrid, joven e interesante. Las primeras conversaciones comenzaron en el mes de agosto. Ambos cruzaron fotos, gestos de complicidad y muestras de cariño. J. se mostró especialmente generoso, compartió detalles personales y se abrió ante la posibilidad de mantener una relación. ‘Ella’ respondía de manera apasionada.




Cuando la relación virtual avanzaba, A. le propuso un negocio en la inversión de moneda virtual. Primero un juego sencillo. Poca cosa. Luego una aportación real que se multiplicaba vertiginosamente. Pero J. no parecía muy convencido de dejar su dinero y A. le presentó a un supuesto profesor especializado en la materia. Las conversaciones telefónicas, siempre en inglés, acabaron en aportaciones de dinero mediante transferencias.




A. le animaba constantemente y le recordaba su amor en la distancia. “Mostraba mucho interés y se preocupaba aparentemente por él”, explica con amargura un familiar del fallecido. El diálogo en WhatsApp estaba salpicado de emoticonos cariñosos.




Sin embargo, en el mes de noviembre la situación sufrió un giro que resultaría fatídico. J. había invertido unos 24.000 euros que, según los cálculos realizados por el Profesor, habían generado beneficios de más de 50.000 euros. J. decidió que había que parar y pidió retirar los fondos. Ahí comenzó la caída.




El supuesto experto solicitó 12.000 euros para pagar gastos y poder entregarle el dinero, no sin resistencia, y J., cansado de discusiones virtuales en un callejón sin salida, accedió a pagar. Perdió los 36.000 euros.


El Profesor desapareció y A. nunca más dio señales. Ambos, si fueran dos personas, se esfumaron dejando a J. sin dinero y anímicamente golpeado. Según la investigación, el varón acudió al cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar el 15 de noviembre con un primer dosier de documentos, conversaciones, fotos, referencias de los perfiles...


De manera metódica trató de ayudar en la investigación, pero el 27 de diciembre, desilusionado, escribió a sus allegados y se quitó la vida. La Guardia Civil sigue la investigación y la familia, muy dolida, lanza un mensaje para que otras personas no pasen por lo mismo.


"Un modus operandi muy elaborado"

La Guardia Civil cuenta con una unidad de delitos telemáticos. Los expertos advierten de la enorme dificultad de recuperar los fondos estafados por redes criminales como la detectada en el caso de Roquetas. “Es un modus operandi muy elaborado, muy trabajado. Son personas que tienen habilidades sociales, crean perfiles y lanzan el anzuelo para muchas personas en páginas como Tinder”, advierte un responsable la unidad en la Comandancia de Almería.


“Buscan una parte más sentimental de la víctima y muestran empatía con ella. Y a través de esta vía personal llegan a la parte económica”. El rastro del dinero puede seguirse, aunque desaparece de manera rapidísima. “El dinero se mueve rápido y las investigaciones son lentas”. Por ello, recomiendan máxima precaución al compartir datos personales.


Los agentes aconsejan desconfiar sistemáticamente de las personas desconocidas que ofrecen 'pelotazos' en inversiones complejas y recomiendan a los usuarios extremar las precauciones en la custodia de datos personales, claves y contraseñas, especialmente de banca electrónica.


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