El faro más nómada: de Villaricos a Garrucha y ahora a Mojácar

Sale a licitación la obra y podrá ya prestar servicio en 2021 en el Moro Manco

El faro de Garrucha se conservará como patrimonio cultural y  turístico.
El faro de Garrucha se conservará como patrimonio cultural y turístico.
Manuel León
07:00 • 04 nov. 2020

El nuevo faro de Mojácar, heredero de los de Garrucha y Villaricos, prestará servicio desde la atalaya del Moro Manco a comienzos de 2021. La Autoridad Portuaria de almería, del que depende esta instalación acaba de publicar la licitación de obras para la construcción de la baliza y un edificio anexo que sale a concurso con un presupuesto de partida de 348.372 euros con un plazo de ejecución de cuatro meses.



El faro se levantará en un cerro situado por encima de la urbanización Marina de la Torre en la cota 150 de la ladera de esa fabulosa montaña donde cuenta la leyenda que a un morisco atrapado por los cristianos le pusieron unos grilletes en un brazo, el mismo que se cortó para escapar. 



El proyecto incluye la construcción de una caseta de operaciones, la adquisición del equipamiento y el acondicionamiento del camino de acceso, así como la creación de un mirador y ajardinamiento del entorno. La actuación la sufragará Puertos del Estado con cargo al Fondo de Compensación Interportuaria.



El faro de Mojácar sustituirá al de Garrucha, ya que su ubicación dentro del casco urbano lo ha dejado en una situación de invisibilidad desde algunos puntos dentro de su ámbito de actuación, debido a las edificaciones residenciales que lo rodean y que hace que no sea funcional como señal para los buques que navegan de noche por ese litoral del Levante almeriense. 



El faro de Garrucha dejará de prestar servicio, por tanto, después de 140 años, aunque se conservará su linterna para darle algún uso de divulgación turística. El solar que queda junto al faro es también propiedad de Puertos del Estado y está por ver su futuro como suelo residencial u hotelero que tendrá que llevar aparejado un cambio de uso de los terrenos por parte del Ayuntamiento.



El proyecto se ha diseñado como un volumen compacto que alberga el dispositivo lumínico y las dependencias auxiliares, de manera que el conjunto tenga más presencia constructiva. La linterna del faro destacará en el punto más alto del conjunto, cuya base albergará las zonas auxiliares de la edificación: oficina, aseo y cuarto de baterías. El faro será un edificio singular de color blanco que sigue la línea de arquitectura tradicional de Mojácar, elevado sobre el nivel del mar. Lo más parecido hasta ahora a un faro que ha tenido Mojácar ha sido la torre del Perulico, una atalaya narazí de vigilancia costera construida en torno al siglo XIV.



Enrique Pérez Gambero y su gallinero
El primer faro del Levante almeriense estuvo ubicado junto a la desembocadura del río Almanzora, en Villaricos, desde 1863, el mismo año que alumbró por primera vez el de Mesa Roldán de Carboneras, según recuerda el farero de Mesa Roldán Mario Sanz. El faro villariqueño funcionó 17 años y sucumbió por el paludismo del que enfermaban los torreros al estar cerca de charcas. Se trasladó a Garrucha en 1880, donde se abrió provisionalmente una luz en el Castillo de Jesús Nazareno y después la linterna en el emplazamiento actual visible a 9 millas.  Enrique Pérez Gambero fue uno de los fareros más recordados, que llegó a hacer un gallinero. 




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