La Junta Electoral Central denuncia a cuatro pueblos por los datos del censo

Las localidades de Bayárcal, Cóbdar, Tahal y Urrácal inflan su número de habitantes

Gráfico donde se detalla el incremento electores en Bayárcal. Fuente: INE
Gráfico donde se detalla el incremento electores en Bayárcal. Fuente: INE La Voz
Emilio Ruiz
07:00 • 24 mar. 2019

La práctica de inflar el censo cada vez que se avecinan unas elecciones locales se ha hecho muy habitual en algunos municipios españoles, sobre todo en los más pequeños, en los que la alcaldía depende de muy pocos votos. La Oficina del Censo Electoral ha trasladado a la Junta Electoral Central que estos días está investigando a 30 pequeños pueblos españoles por inflar artificialmente el número de votantes en los meses previos a los comicios del 26 de mayo, según informa ‘El Confidencial’.




Un análisis realizado por este periódico desvela aumentos sospechosos de hasta el 100 por ciento en más de un centenar de pequeños pueblos.




Concretamente, en la provincia de Almería son cuatro los pueblos sospechosos de inflar el censo, los cuatro con alcalde o alcaldesa del PSOE. En Bayárcal, que tiene como alcalde a Jacinto Navarro, el censo electoral estaba fijado en noviembre de 2018 en 254, mientras en el mes de febrero ha ascendido a 303, lo que supone un inusual incremento del 16 por ciento. Cóbdar, con alcalde también socialista, José Fuentes, ha pasado de 139 electores a 168 (+17%) desde septiembre del año pasado a febrero de este año. Tahal también ha superado la barrera de los 300 electores al pasar de 263 en junio de 2018 a 310 en febrero de 2019 (+15%). Su alcaldesa es Trinidad Jiménez. Urrácal tenía en octubre pasado 260 electores. Ahora tiene 283, lo que supone un incremento del 8 por ciento. Su alcaldesa es María Isabel Serrano.

Posible causa



La Oficina del Censo Electoral sospecha que este incremento notorio de electores en tan corto espacio de tiempo tiene como protagonistas a hijos del pueblo que residen en otros municipios y que, provisionalmente, trasladan su ‘residencia habitual’ al pueblo que les vio nacer, donde aún mantienen la casa familiar. De esta forma ‘ayudan’ a elegir al alcalde del pueblo para, posteriormente, una vez consumado su propósito, volver a empadronarse en el municipio donde viven con su familia. También se da el caso de empadronamientos ocasionales de personas que tienen escasa o nula con el pueblo. Se les empadrona por compromiso en casa de algún familiar o en alguna vivienda vacía.




Según dicha Oficina, dependiente del Instituto Nacional de Estadística (INE), los pueblos investigados lo hacen como consecuencia de que “en los seis meses anteriores a la convocatoria han registrado un incremento de residentes significativo y no justificado”. Este cálculo se basa en criterios estadísticos en base al número de altas mensuales, trimestrales y semestrales y se centra en poblaciones de menos de 2.000 habitantes. La ley electoral otorga a la Oficina del Censo Electoral el “control y revisión de oficio las altas y las bajas [...] comunicando a la Junta Electoral Central los resultados de los informes, inspecciones y, en su caso, expedientes que pudiera haber incoado referidos a modificaciones en el censo de las circunscripciones que hayan determinado una alteración del número de residentes significativa y no justificada”.




Así pues, un portavoz del INE ha explicado a ‘El Confidencial’ que cuando la Oficina del Censo detecta algún incremento significativo de habitantes en los últimos meses manda un requerimiento al Ayuntamiento afectado. Si este no da una explicación convincente y no da de baja a los vecinos fantasma, o directamente no contesta, el caso va a la Junta Electoral Central.





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