Los obispos de Almería no se ponen de acuerdo sobre la bendición a homosexuales

Un artículo de González Montes, obispo emérito, pone en duda la doctrina de estas bendiciones

Imágenes de archivo de los obispos emérito y titular de Almería, González Montes y Gómez Cantero.
Imágenes de archivo de los obispos emérito y titular de Almería, González Montes y Gómez Cantero.
Álvaro Hernández
11:00 • 15 ene. 2024 / actualizado a las 21:46 • 15 ene. 2024

La Iglesia católica vive un auténtico terremoto con pocos precedentes recientes, uno que ha evidenciado aún más la división existente, algo palpable en toneladas de titulares y de lo que Almería no ha sido ajena en absoluto.



Todo empieza con la declaración 'Fiducia Supplicans', un texto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que establece, desde el Vaticano, la posibilidad de bendecir a parejas en "situaciones irregulares", en referencia a uniones en las que alguna persona esté divorciada o, en el caso más polémico, uniones entre personas homosexuales. 



Su publicación a mediados del pasado mes de diciembre desencadenó toda una tormenta con tintes de guerra civil. Obispos declarándose a favor, otros en contra, sacerdotes anunciando que se negaban a impartir dichas bendiciones y, en última instancia, el propio Papa Francisco aclarando que se bendice a la persona, no "el pecado" que se considera que vive. Todo ello, a raíz de un texto que es recomendable leer antes de sacar conclusiones y que, en cualquier caso, aclara que estas bendiciones no son en ningún caso equiparables al sacramento del matrimonio.



¿Y en Almería?



En Almería, el obispo de la Diócesis, Antonio Gómez Cantero, se mostró más que favorable a este relevante paso dado desde la Santa Sede.



En una entrevista concedida a LA VOZ, Gómez Cantero planteaba que "si bendecimos a gatos y perros el día de San Antón, tú me dirás si no puedes bendecir a personas..." sin dejar de lado el hecho de que "los cambios son siempre duros" y que, en cualquier caso, "aquí tenemos que fiarnos del Señor, del Papa y del Espíritu Santo", haciendo especial hincapié en que no queda otra que "obedecer", mensaje especialmente dirigido a los sacerdotes que, también en Almería, han hecho público su rechazo a este tipo de bendiciones. 



De hecho, en otra entrevista concedida a la COPE, Gómez Cantero contaba, a modo de anécdota, que él ya ha bendecido a algunas personas. “Recuerdo que en la basílica del Pilar, un día iba hacia la puerta, me encontré con dos jovencitos y me dijeron: ‘¡Ay, padre! ¿Nos podría dar la bendición’”.  Así, en Zaragoza y siendo aún obispo de Teruel, Gómez Cantero les bendijo: “Cuando les iba a dar la bendición, se dieron de la mano, les hice la señal de la cruz a cada uno en la frente y dije la bendición de la Biblia: ‘Que descubráis el rostro de Dios, que el Señor os bendiga…’”, recuerda el prelado.



Sin embargo, Gómez Cantero no ha sido el único en pronunciarse sobre la declaración emitida por el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández. También lo ha hecho, hace tan solo unos días, el obispo emérito de Almería, Adolfo González Montes.


Si bien González Montes no tiene papel alguno en la toma de decisiones en la Diócesis de Almería y, de hecho, ni tan siquiera reside aquí, sigue siendo obispo y, en su faceta de intelectual y teólogo muy tenido en cuenta más allá de los límites de nuestra provincia, el obispo emérito ha hecho público un extenso e intensísimo texto doctrinal muy aplaudido desde los sectores más conservadores de la Iglesia.


En el texto, González Montes no entra a valorar abiertamente el contenido de 'Fiducia Supplicans', pero sí que coge el pincel para elaborar una crítica elevada a la categoría de obra de arte en lo que a sutileza se refiere (pero con contundencia). Pura orfebrería episcopal. 


Así, en un artículo publicado en el digital InfoCatólica, González Montes pone las cartas sobre la mesa desde el mismísimo título del texto: 'Necesidad de claridad sobre lo común y lo propio en la vida de Iglesia', un artículo en el que pone el acento en varios temas sobre los que hay una "notable confusión". Entre ellos, la bendición a homosexuales.


González Montes pone a 'Fiducia Supplicans' como ejemplo de algo que sí critica abiertamente: el relativismo que hace que la Iglesia pueda pasar de ser una roca hecha de fe y tradición a convertirse en una veleta que cambia en función de los vaivenes que va dictando la sociedad. Así, el emérito señala "la evolución de la fe que no tiene suficientemente en cuenta (...) la tradición eclesial", en clara referencia al golpe de timón que supone la declaración sobre las bendiciones a personas homosexuales. 


Así, su crítica no entra en ningún momento a contradecir lo planteado por 'Fiducia Supplicans', sino que va a la raíz del asunto, valorando aquel texto como una ruptura con la tradición de la Iglesia. Y para subrayar este hecho, González Montes señala "la fuerte división que ha generado entre los obispos y los fieles", indicando que esa división en el seno de la Iglesia está provocada por la ruptura con la tradición: "No hay verdadera evolución de una doctrina se se abandona el marco de la tradición de fe", insiste el obispo emérito. 


Si bien el obispo emérito de Almería reconoce "las cautelas del documento por preservar la enseñanza de la Iglesia sobre el sacramento del matrimonio", recuerda que "la Iglesia está al servicio de la palabra de Dios y no sobre ella", aclarando que le corresponde a los obispos y al propio Papa la "salvaguarda de la interpretación" del Evangelio. Otra crítica sutil a 'Fiducia Supplicans' y al movimiento del cardenal Víctor Manuel Fernández.


Y por si quedaba alguna duda de la crítica de González Montes a la decisión vaticana, concluye este apartado de su texto sentenciando que "es evidente que la división del episcopado y la resistencia de importantes sectores de fieles ponen en evidencia que la declaración tropieza con una clara resistencia y la fragmentación geográfica de la comunión eclesial".


Así las cosas, en Almería tenemos un obispo a favor, un emérito en contra y, en el Vaticano, a un Papa que lo tiene claro: "El Señor bendice a todos, todos, todos". 


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