“Porta Coeli es la médico de guardia de Regiones, la que cura”

Entrevista a Antonio Salvador, párroco de San Isidro Labrador, en Regiones

Antonio Salvador, junto a la Luz de Fátima, que iluminará el cortejo de Porta Coeli.
Antonio Salvador, junto a la Luz de Fátima, que iluminará el cortejo de Porta Coeli.
Álvaro Hernández
14:06 • 22 sept. 2023 / actualizado a las 22:31 • 22 sept. 2023

Cuando llegó como nuevo párroco de San Isidro, en Regiones Devastadas, pocos podían imaginarse que años después ese cura que venía de coronar a toda una patrona en Cuevas del Almanzora iba a liderar una auténtica revolución en el barrio de la capital. Ha sido motor e ideólogo de una procesión única en Almería: la de la Virgen del Rosario, Porta Coeli, que saldrá solo los años en los que el 7 de octubre caiga en sábado. Pero Porta Coeli es mucho más. Es un grupo de oración, es una capilla abierta prácticamente todo el día, son peticiones... Y así es como nació.



¿Cómo nace todo esto? ¿Cómo se te ocurre?



Porque había falta de silencio. En las celebraciones hay mucho ruido, hay momentos en los que la gente no se centra en la oración... Y vi la necesidad del silencio, de rezar. En bodas, bautizos, funerales... los fieles no terminan de vivirlo por esos ruidos externos. Cuando se convocó en la parroquia para reunirnos por primera vez a las 8 de la mañana pensamos que si venían 3 o 4, bienvenidos eran. La sorpresa fue cuando vimos que la iglesia estaba llena. Fue por la necesidad de silencio, de buscarnos interiormente, de descubrirnos como cristianos que necesitan de Dios... Pararnos un poquito en este mundo de tanto ruido.



En cinco años ese grupo de oración que nace con dudas está a punto de revolucionar el barrio...



Sí, porque se han ido dando pasos a lo largo del tiempo, madurado todo desde esa oración. Son muchas sabatinas que nos hemos reunido a las 8, cada último sábado de mes para orar en silencio, orar por otras personas que lo necesitan, celebrar la Eucaristía... Y surgió la necesidad de que los demás compartieran esta fe. El grupo se transformó en mayordomía, se vio la necesidad de traer la imagen, porque empezamos rezando delante de un cuadro de la Virgen del Rosario copia de una de Murillo... Y vimos la necesidad de ir abriéndonos para evitar un peligro que sucede mucho en la Iglesia: que nos encerramos dentro de nosotros mismos y creamos una isla dentro de un inmenso mar que es la Iglesia católica. Ante ese peligro, nos abrimos un poco más y se encargó la Virgen. Queríamos que fuera una imagen para la contemplación, para la oración, que estuviera sobre nubes, que tuviera angelitos, que el Niño tenía que dormir sobre su regazo, en ese descanso de la Humanidad sobre el pecho de María... Y nos lanzamos a la aventura.



¿Cuánta gente hay implicada en todo esto?



En la mayordomía inscritos hay casi un centenar ya, pero luego hay que contar la gente que viene a orar al grupo de oración aunque no pertenezca a la mayordomía. Estaremos en unos 120 o 130.



¿Cómo surge que salga solo los años en los que la festividad del Rosario caiga en sábado?

En esa necesidad que teníamos de salir hacia los demás, nos dimos cuenta de que era absurdo salir con lo que ya había. Había que implantar algo que no existiera en Almería, que tuviera un sello de identidad propio, que fomentase el recogimiento.. Y se estipuló que, puesto que la Virgen está en la capilla para todo aquel que quiera acercarse a Ella durante todo el día, era absurdo que la Virgen abandonase la capilla cada dos por tres para una procesión, un altar... El lugar en el que está haciendo mucho bien es ahí. Así que sale una única vez, de forma que es una especia de jubileo para la parroquia, en el que nos preparamos con mucha fuerza, con mucho cariño y así lo hemos hecho este año.


Mucha gente nos dice que qué lástima que salga solo esta vez, pero puedes venir a visitarla. Y que salga en esos años tiene su esencia. El regusto por esperar a que llegue el día. El saber que haya padres que leguen venir a verla... No sabremos dónde estaremos o si estaremos la próxima vez que salga.


En una época en la es difícil pillar una iglesia abierta, Ella está siempre ahí, todo el día, esa puerta está siempre abierta.

Queríamos arriesgar aún más, y que fuera 24 horas, pero nos desaconsejaron que estuviera abierta por la noche. La Virgen es la médico de guardia de esta parroquia. Yo soy luego el médico de cabecera que viene a recetar, pero la que cura, la que llega cuando la vida está fuerte, es Ella. Por eso en el cortejo aparecerá la figura de los serenos, porque eran los que cuidaban de la noche... Hemos querido recuperar ese personaje, ligarlo... Porque ella en el fondo hace esa misión, está pendiente de todo aquel que quiera venir. Y tenemos ya historias preciosas. 


Te estás ganando cierta fama de cura revolucionario, de darle vida a los sitios... ¿Hay un secreto? ¿Es la receta para darle vida a la Iglesia?

Si te dijera que esto es constancia en el trabajo, estaría desmereciendo a mis compañeros, cosa que no es así. Todos estamos sobrecargados de trabajo. Intento, la verdad, fomentar aquello que veo en la comunidad que puede dar frutos. En el momento en el que vislumbro que hay alguna realidad que sobresale y que está dando frutos, la impulso. Eso tiene un peligro también, y es que puedes descuidar otras realidades y hay que andar con pies de plomo. Si yo me vuelco en esta realidad y dejo de atender a los pobres o no voy a visitar a enfermos, no serviría de nada. Es Dios el que va permitiendo las cosas... En Cuevas estaba aquella realidad, se vivió, se aprovechó... Somos instrumentos de Dios. A veces es dejar que Dios actúe y cuando Dios hace algo bueno, no hay que ponerle traba.


¿Y cuál es la realidad de Regiones y qué papel juega la parroquia? 

Es un barrio obrero, trabajador. Gente humilde... Es una parroquia que está envejeciendo, porque los jóvenes se van a otras zonas con edificios nuevos. Pero sin embargo es una parroquia que me gusta mucho porque está compuesta por un conglomerado de gente que ha venido de pueblos pequeños de Almería. De Abla, de Laujar, de Alboloduy... De rincones de pueblecitos pequeños muy religiosos de Almería... Gente con costumbres. Si eres capaz de enganchar ahí y guiar eso, da mucho fruto. En pandemia no me faltaban las llamadas para preguntarme cómo estaba, y de persona que las ves por la calle y te saludan. Esto en el fondo es un pueblecico. Estamos escasos de jóvenes, como en casi todas las parroquias, pero precisamente la mayordomía está trayendo a gente joven y ahora habrá que trabajar ese campo. 


¿Cuesta mucho atraer a la gente? La iglesia se daba por hecho, pero ahora hay que salir a por la gente...

Cuesta trabajo porque vivimos en una sociedad muy secularizada. Antes la Iglesia tenía su lugar, incluso en los ámbitos civiles contaba... Hoy día eso se ha perdido. Hay que aprovechar cualquier instante que la sociedad te brinde para tú anunciar. Si llega una pandemia y se cierra la iglesia, no puedes quedarte de brazos cruzados, tienes que coger las redes sociales. ¿Hay una familia que vive un acontecimiento? Hazte presente... La Iglesia tiene que estar en salida, ir al encuentro, no esperando que vengan a buscarte. Poco a poco se va consiguiendo. Y se consigue si de verdad vamos a aquellos que más heridas tienen. A las iglesias antes venía mucha gente por la vida sacramental. Hoy, una inmensa mayoría de los que yo trato vienen porque están heridas. Una situación difícil en la familia, una enfermedad.. Realidades que causan dolor. Y cuando no hay una respuesta humana, tiene que haber una respuesta trascendente. Tienes que estar tú para acompañar en esa herida y levantar. 


Otra cosa que cuesta mucho es que haya vocaciones, nuevos sacerdotes. Y mientras, los que hay tienen que trabajar por varios. ¿Cómo estáis?

Vocacionalmente hablando, no estamos en el mejor momento. Los seminarios han ido vaciándose. Hay sobrecarga de trabajo para los sacerdotes y yo se lo digo mucho a la gente: cuidad a vuestros curas. Somos pastores y estamos todo el día intentando que no te caigas, que tengas agua fresca, que tengas pasto... Llega el final del día y el pastor se queda solo y al pastor también hay que cuidarlo. No mimarlo y consentirlo; cuidarlo. El Papa Francisco dijo al inicio de su pontificado que los pastores tienen que oler a oveja. Pero las ovejas también tienen que saber oler al pastor. Cuando los seglares, los laicos cuidan a sus curas, aprenden a ser responsables en la vida de su Iglesia y cogen las riendas de muchas realidades que están destinadas para ellos. Acompañar en los cursillos prematrimoniales, dar la comunión en los pueblos, otros ámbitos de las parroquias que no tienen que estar clericarizados....


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