Un médico de telenovela trabaja en el hospital Torrecárdenas

El hematólogo que actuó en la serie ‘Sin senos no hay paraíso’ pasa consulta en Almería

El médico de Torrecádenas Víctor Manuel Contreras.
El médico de Torrecádenas Víctor Manuel Contreras. La Voz
Melanie Lupiáñez
17:57 • 09 sept. 2023

El hematólogo Víctor Manuel Contreras actuó en la célebre telenovela colombiana “Sin senos no hay paraíso” y pasa consulta en el hospital almeriense de Torrecárdenas. Tuvo el privilegio de estudiar acupuntura y tratamiento del dolor en la prestigiosa Universidad de Harvard. Llegó a España en plena pandemia de COVID y debajo de los trajes de EPI atendía a los afectos. Esta es la historia del médico que solo echa de menos un rato de charla con su madre porque lugares bonitos hay en todas partes. 



Víctor es sobrino de doctora de ahí dice que proviene su vocación, además de la curiosidad por conocer la maravillosa perfección con la que trabaja el cuerpo humano. Su madre hubiera preferido que se dedicara a la farándula o a administrar las finanzas familiares antes que a la medicina. Hoy desde Almería rememora sus propios pasos que sigue de cerca su hermano menor, también estudiante de medicina en Colombia.  



Era su primer año como estudiante de medicina en la Universidad Pontificia Javeriana los pupilos visitaban la morgue. Víctor trabajó durante todo un semestre diseccionando el músculo de la cara de un señor que se parecía a su abuelo y lloraba. El olor del formol irrita las vías aéreas, provoca lágrimas, dice el doctor que ese es el pago por aprender de unos cuerpos que nadie reclamó, ni lloró. 



Cuando terminó sus estudios en el año 2018 siguió los consejos de un compañero y se inscribió en el diploma de acupuntura de la Universidad de Harvard. Tuvo la oportunidad de aprender de los mejores maestros de la especialidad venidos de Alemania, Francia… Era el más joven de los alumnos en la clase y cuando trabajaban en grupo se sentía abrumado por toda la experticia que sus compañeros tenían sobre el dolor. Víctor dice con cierta sorna que su contacto con el dolor hasta ese momento había sido un dolor de cabeza. Después trabajó algunos años en Colombia en la consulta de VIH, la consulta del dolor y urgencias.



Tenía claro que especialidad quería hacer, considera que en España hay buena formación, así que se vino para nuestro país y un día después de aterrizar decretaron pandemia. Los días del doctor se limitaban a si tocaba consulta de COVID o no, desde urgencias del hospital Virgen del Mar se ponía su EPI, doble capa y atendía a los positivos con el miedo en el cuerpo. Muchos amigos se contagiaron y algunos compañeros jóvenes murieron. Sin quejarse simplemente exponiendo los hechos y la parte de la historia que le tocó vivir, Víctor dice:  “Somos médicos por vocación, pero arriesgas tu vida, como un soldado, tal cual, vas a una guerra y no sabes lo que te toque”.



En aquel incierto 2020 cuando la salud del mundo se puso en jaque, el gobierno de España lanzó una promesa: el permiso de residencia para los sanitarios que trabajaran durante la pandemia. El médico colombiano esperaba su residencia pero un vacío legal lo cogió por sorpresa, su visado de estudiante no se reconocía en la nueva medida.  La situación ha dado para unas cuántas anécdotas. El pasado mes de enero Víctor y su hermano que venía de Colombia salieron de España para visitar Londres y París. El doctor viajaba con su tarjeta de extranjero, TIE, y tuvo que mostrar un justificante de tramitación del expediente en la aduana para que lo dejaran regresar a España. Ese lugar donde tiene su trabajo, su vivienda, su coche y sus dos gatos egipcios.  



Víctor habla con entusiasmo de enfermedades graves como la leucemia, las púrpuras, el VIH, porque ve cómo puede intervenir en las patologías. Además, el colombiano tiene la capacidad de explicar una patología concreta en términos entendibles para el usuario. Puede utilizar metáforas como: “ese cáncer es como un globo” para que te quede claro lo rápido que se expande, pero que si lo quitan es éxito casi seguro. Una última clave que añade es que cuando dice a un paciente que la prueba va a doler un poco cuanto más diminutivo utilice, más intenso será el dolor. Es decir, si el hematólogo dice: “esto va a doler un poquitillo”, prepárate. 



De conversación agradable, buenos afeites y porte de caballero, el doctor Contreras es un doctor dentro y fuera de la pantalla. Quizás porque hay profesiones que se llevan puestas a donde quiera que vayas. 


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