“La muerte es un momento mágico y positivo, mucho más de lo que la gente piensa”

Entrevista a Ignacio Martín Cuadrado, neuropsicólogo y fundador de Asprodalba

Ignacio Martín durante esta entrevista en la sede de SER Levante.
Ignacio Martín durante esta entrevista en la sede de SER Levante. La Voz
Rosenda Mirón
20:00 • 15 abr. 2023

Todo el mundo quiere a este hombre. Le pregunto cómo lo consigue, sonríe (siempre lo hace) y dice que quizá por los valores que le inculcaron sus padres y por la humildad. Ignacio pertenece a una familia destinada a hacer historia en disciplinas varias: arqueología, poesía, ciencia… Más de 3.000 conferencias por toda España lleva a sus espaldas y ahora acaba de comenzar un ciclo en Vera sobre temas como las experiencias cercanas a la muerte o los fenómenos paranormales desde el punto de vista de la neuropsicología, de la ciencia. Además de “poeta del dibujo”, como se le conoce en el mundo del arte, también lo es del pensamiento y el alma.



Hay muchos Ignacios: el artista, el neuropsicólogo, el poeta… ¿Qué faceta le gusta más?



Lo que me gusta es vivir, la vida es apasionante y me gusta vivirla muy intensamente, y en todo lo que me llama la atención me gusta participar. Me gusta mucho la comunicación porque creo que es vital, y todo lo que he hecho tiene que ver con ella: con la psicología puedo divulgar y ayudar a los demás. Con el arte: yo estoy encantado de que se vean mis dibujos, mis cuadros, ver lo que han transmitido, es otra forma de comunicar. La poesía me encanta también, es la mejor manera de comunicar emociones.



¿Hay algo de verdad en los fenómenos paranormales?



Sí, hay cosas que todavía la ciencia no puede explicar y eso es lo interesante.



¿Es cierto que nos queda tantísimo por descubrir de la mente humana?



Sï, aunque está empezando a ser un poco mito. Del cerebro sabemos muchísimo, no es cierto que sepamos un 3% solo.



Dará el próximo miércoles una charla sobre las experiencias cercanas a la muerte.

La muerte es un momento mágico, mucho más de lo que la gente piensa. El problema es que la religión la ha convertido en nuestra cultura en un tabú, no se puede hablar de la muerte, hay que disimularla…


No siempre ha sido así, y hay culturas donde es muy diferente.

Fíjate en el caso de Méjico, que eso es casi un cachondeo cuando uno se muere (risas). La cuestión es que en nuestra cultura, nuestra religión, la muerte siempre va unida a algo negativo: la tristeza, la pérdida, el dolor, no saber qué hay al otro lado. Este es uno de los campos donde más ha avanzado la ciencia, hay centros médicos y universidades donde se está investigando a nivel de neuropsicología. Es apasionante el proceso de la muerte.


¿Tiene miedo a la muerte?

Ahora mismo no, por mis conocimientos y por cosas que he visto, como la muerte de mis padres. Hay muertes traumáticas pero las muertes naturales creo que son un paso que podemos valorar como algo muy positivo. Cuando doy estas charlas mucha gente me dice que se va más tranquila, o que les ha cambiado su concepto, que se van con otra mentalidad.


Fundó Asprodalba hace 42 años, la asociación Para la promoción de personas con discapacidad intelectual, ¿por que´?

Cuando llegué aquí con mi exmujer nos dimos cuenta de que no había absolutamente nada, no había listas de las personas con discapacidad. Nos dedicamos con nuestro coche a recorrer casas, a buscarlos. Poco a poco montábamos unos talleres en Vera el día del mercado porque era cuando sabíamos que venía gente y así empezamos a fundar la asociación.


¿Hubo algo que le impulsara especialmente?

Me marcó algo que ocurrió. En Cuevas del Almanzora me avisaron de que había una persona con discapacidad, lo que entonces se decía un “subnormal”. Fui y la mujer que salió dijo que allí no había nadie así. Cuando me iba salió una vecina a decirme que lo tenían en la parte de atrás. Fui y encontré una cochinera con un chaval atado con una cadena en la mano y un plato de comida en el suelo, sin hablar, solo gruñía y hacía gestos. Aquello me marcó la vida. Se le sacó de allí, se le mandó a un centro, se recuperó bastante y a partir de ahí nos pusimos al 100% a intentar cambiar ese mundo.


Se ha avanzado muchísimo en poco tiempo en cuanto a las discapacidades.

Hay mucho que hacer pero han cambiado muchas cosas, ha mejorado muchísimo la imagen, el trato hacia las personas con discapacidad. El ser humano mejora, a pesar de las guerras y esas cosas, no entiendo cómo somos capaces de esto y me moriré sin entenderlo.


Quizá es que el mundo está en manos de personas muy poderosas que tienen patologías mentales.

Como psicólogo clínico por ejemplo a Donald Trump solo hay que verle cómo habla, ese tipo de gesticulación, posturas, la arrogancia, esa mirada…si yo a ese señor lo tuviera en la clínica empiezo a hacerle pruebas patológicas serias. Putin es más cerrado, e indudablemente es una persona extrañísima que puede llegar a lo que está llegando.


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