Pepe Oña, un avanzado a su época

El profesor consiguió cambiar el nombre del ahora conocido como IES Alhamilla

El profesor Pepe Oña. Foto de David Moreno.
El profesor Pepe Oña. Foto de David Moreno.
María Amorós
10:57 • 05 dic. 2022

Este año entró en vigor la Ley 20/2022, 19 de octubre, de Memoria Democrática. Con ella se pretende recuperar, salvaguardar y difundir la memoria histórica, reivindicando la defensa de los derechos y libertades fundamentales a lo largo de la historia contemporánea de España. 



También tiene como objetivo reconocer a las personas que padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, de pensamiento u opinión, de conciencia, creencia religiosa, de orientación e identidad sexual durante el período comprendido entre el golpe de Estado de 18 de julio de 1936, la Guerra Civil Española y la Dictadura franquista hasta la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978. 



En España se están produciendo una serie de cambios en nombres de calles, de centros o la retirada de figuras y monumentos, con el fin de eliminar todos los elementos que dañen a las víctimas y a sus familias. 



Hace 34 años el docente José Oña, pionero en este aspecto, decidió que ya era de hora de cambiar el nombre del centro educativo ‘Francisco Franco’ a ‘Alhamilla’. 



Este profesor comenzó su andadura profesional en La Salle, pero finalmente terminó sus estudios en la Escuela de Formación, donde ha estado trabajando hasta el día de su jubilación. 



“Yo he sido alumno del IES Alhamilla. Tuve la suerte de que mi padre me metiera en la FP de delineación en este centro. Después me fui a Granada donde estudié Arquitectura Técnica y terminé como docente en el mismo centro donde estudié. Por lo que he estado más de la mitad de  mi vida en este instituto. Conozco el centro en todas sus facetas: como alumno lo que he visto, como profesor lo que he vivido y como director lo que he soportado”, comenta José Oña con nostalgia. 



Siempre ha sido una persona con una ideología clara “soy de familia obrera, mi madre había sufrido mucho durante la Guerra Civil, porque mi abuelo fue represaliado al igual que mi padre”. 



Como siempre se suele decir si alguien quiere realizar cambios no se puede entrar como un elefante en una cacharrería se deben ir modificando las cosas poco a poco y sin hacer ruido. “Durante el tiempo que estuve en Granada viví lo que es la represión. Soy sordo, pero veo y esa vista me permitió comparar. Por todo ello, en cuanto pude intenté propiciar cambios. Creé ciclos de conferencias rompedoras en ese momento, y a pesar de mucha resistencia que pusieron en el instituto, finalmente dentro de mis medidas conseguí el cambio”. 


En el proceso de cambio tuvo que buscar aliados y se apoyó en una mayoría muy importante, en la que nadie había caído en escuchar, los alumnos. “Gracias al diálogo llegamos a un acuerdo y salieron nombres como Alhamilla o Tartessos. La oposición quería nombres como San Juan Bosco, Luis Bosco… Nosotros concentramos el voto y ganamos. A mí me gustaba más Tartessos, pero la democracia manda”, comenta José. 


Para este pionero la Ley de Memoria Democrática llega tarde. Es un proceso que se tenía que haber hecho mucho antes. “Nunca voy a entender por qué no se hizo una transición a la alemana”, confiesa el docente. 


Finalmente después de tantos años en la docencia y todos los cambios que consiguió si le preguntamos a José Oña de quién se acuerda en estos momentos, se le vienen a la cabeza varios nombre: “mi mejor recuerdo es Miguel Guerrero porque me inició y Ana Belén, que es la directora actual, porque es una mujer luchadora con un equipo de mujeres tirando como no lo ha hecho ningún hombre, así que yo la admiro”. 


Nadie como José sabe lo que es ir contracorriente, pero puede sentirse totalmente orgulloso de todo lo que ha conseguido. Aunque ha pasado por momentos muy duros y a pesar de que a día de hoy quizás no esté valorado como se merece, hizo lo que estuvo en su mano para cambiar aquello que no le parecía bien, luchando siempre por sus alumnos. 


La lección que deja José Oña no se aprende en las aulas, aunque él ha intentado impartirla desde el principio en sus clases. 


Las personas deberían tomarlo como un ejemplo de valentía. Luchemos por nuestros ideales y por hacer justicia, en este y todos los aspectos de la vida. Por esa razón decido hoy escribir esta entrevista, porque considero que desde mi pequeña parcela he intentado defender todo aquello en lo que creo. 


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