Quien recorre Cabo de Gata sabe que no todo son playas vírgenes y calas secretas. También existen rincones que combinan la esencia de este paraíso natural con la buena música, la comida sencilla y la magia de ver caer el sol sin prisas. 

La Bodeguiya, en la misma playa de Las Negras, es uno de esos lugares que resumen la filosofía de este rincón de Almería: relax, vistas abiertas y un ambiente bohemio que atrapa a cualquiera.

Con su estructura blanca, casi como una cueva abierta al Mediterráneo, este chiringuito se mimetiza con el paisaje. Desde sus mesas se contempla el Cerro Negro mientras la brisa marina se cuela entre conversaciones, risas y el tintineo de vasos. 

Aquí, cada atardecer se convierte en un pequeño ritual: una cerveza fría, una tapa y el sol que va regalando sus últimos destellos sobre el mar.

No es un chiringuito lujoso ni falta que le hace. Su encanto está en la sencillez y en ese ambiente de libertad que engancha a quienes buscan un lugar sin etiquetas. Gin-tonics bien preparados, tés para los que prefieren algo más suave, y buena música que acompaña la caída de la noche. Es fácil ver guitarras aparecer de forma espontánea, o algún que otro baile improvisado cuando la noche se anima.

Aunque su ambiente bohemio y su ubicación privilegiada lo han convertido en un secreto a voces, La Bodeguiya nunca pierde esa sensación de sitio íntimo, donde cada cliente se siente parte de algo especial. 

En su día, este chiringuito apareció en listas de mejores bares de playa de España, recomendado por turistas extranjeros y por publicaciones como The Guardian, que lo describió como un local "distinto al resto", con una oferta reducida pero cuidada y un ambiente casi magnético en las noches de verano. 

También medios nacionales y portales especializados en ocio lo señalaron como parada obligada para disfrutar de uno de los atardeceres más inolvidables del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

Hoy sigue siendo punto de encuentro para quienes visitan Las Negras y quieren algo más que un baño en sus aguas cristalinas. Aquí se viene a dejar pasar la tarde, a escuchar música mientras el cielo se tiñe de naranja y a compartir copas sin más plan que dejarse llevar. 

No es raro ver cómo familias, parejas y grupos de amigos se mezclan en sus mesas, creando un ambiente que cambia cada día pero que siempre tiene algo en común: la calma de sentirse a pie de playa, sin más preocupaciones que disfrutar del momento.

Muchos dicen que no es un sitio para todos. Puede ser cierto. A quienes buscan manteles planchados, menús extensos o lujos innecesarios puede que no les encaje. Pero para los que valoran la autenticidad, el sonido de las olas y esa magia que se respira cuando se reúne la gente correcta en el lugar perfecto, La Bodeguiya es una joya escondida a la vista de todos.

Para los que visiten Las Negras, hay que dejarse caer por este chiringuito cuando la tarde empiece a caer. Pedir algo fresco, buscar un buen sitio mirando al mar y dejar que la puesta de sol haga el resto. Porque en Cabo de Gata, a veces, la felicidad se resume en eso: un chiringuito a pie de playa, la brisa en la cara y un horizonte mágico.