En muchas ciudades españolas, hay calles que se han convertido en auténticos templos del tapeo y la buena gastronomía. Desde las míticas calles del Tubo en Zaragoza, Laurel en Logroño o la zona de la Latina en Madrid, hasta rincones más discretos pero igual de sabrosos, como ocurre en Almería en la calle Jovellanos.

Sin salir de la provincia almeriense, en el municipio de Roquetas de Mar encontramos otra 'milla de oro' gastronómica, en el núcleo urbano de Aguadulce, donde el Camino de Torres ha reunido a algunos de los mejores restaurantes de la zona, y que hoy es referencia culinaria en todo el litoral almeriense.

En esta 'milla de oro' destaca Jarana (4,7 de puntuación en Google Maps), un lugar que ha sabido ganarse al público con una propuesta atrevida y sabrosa. Su cocina mezcla tradición e innovación con tapas como el arancini de gamba y kimchi, una suerte de croqueta sin harina ni leche, o el pollo oriental con naranja. Además, han apostado por la solidaridad con una tapa dedicada a la Asociación Altea Autismo, y no se olvidan de los más pequeños ni de quienes buscan opciones sin gluten.

Un clásico en Aguadulce es Nuestra Taberna (4,5), donde la tradición manda. Aquí, las tapas de toda la vida se sirven con mimo, buena presentación y productos frescos. Su ajo blanco, la tortilla del día, el jamón con pan con tomate o aceite, y una cuidada selección de vinos hacen de este bar una parada imprescindible. El trato cercano y la relación calidad-precio mantienen su clientela fiel, en un ambiente donde aún se respira ese espíritu de taberna auténtica. Eso sí, recomendable reservar, porque no suele haber mesas libres.

La experiencia continúa en Taberna Bacus (4,5), para quienes buscan algo distinto. Su propuesta de cocina fusión es toda una explosión de sabores. Rollitos vietnamitas, pizza de trufa con jamón ibérico de bellota o platos que varían según el día, todo con una presentación cuidada y un ambiente relajado donde cada bocado se explica antes de servirse. Ideal para los que disfrutan de experimentar.

Y para una experiencia más sofisticada, el Restaurante Mistela (4,4) ofrece platos de altísima calidad en un entorno tranquilo y elegante. Desde la lubina a la brasa hasta tartares de atún o salmón, pasando por entrantes delicados como la ostra gratinada o la tosta de sardina ahumada, cada plato está pensado para sorprender. Aunque los precios son algo más elevados, la calidad del producto y la atención al detalle lo justifican con creces.

Aguadulce y su Camino de Torres se consolidan como una joya gastronómica en la costa de Almería. Un paseo por esta 'milla de oro' es una experiencia que mezcla el mejor tapeo, cocina creativa y el placer de comer bien. Una propuesta perfecta para cualquier época del año, pero especialmente irresistible cuando el clima acompaña y la noche se alarga entre tapas, risas y buenos vinos.