Los roscos de Semana Santa: el sabor que nos une
Tradiciones y costumbres arraigadas en Almería, como la gastronomía de la Cuaresma

Una receta de generación en generación.
“Los Roscos de Semana Santa no son sólo un dulce tradicional: son un pedazo de nuestra historia familiar. Una receta que se ha transmitido de generación en generación, llenando las casas de Almería de aroma a anís, naranja y canela cada primavera. Desde la Cuaresma, estos roscos —junto a los pestiños, la leche frita, los buñuelos o las torrijas— eran los protagonistas de las sobremesas en torno a la mesa de camilla”.
La elaboración de estos dulces tiene raíces que se remontan a la Edad Media, cuando los postres caseros comenzaron a formar parte de las celebraciones religiosas. Ingredientes sencillos pero llenos de alma —harina, huevos, azúcar, aceite de oliva virgen extra, cítricos, especias— conformaban recetas que respetaban las restricciones de la época, y que con el tiempo se convirtieron en símbolos de tradición y encuentro familiar.
Pero, sobre todo, la peculiaridad de este dulce reside en sus especias: lo habitual es añadirle un toque de anís, clavo, canela, limón o naranja para darle sabor y aroma.
“En nuestro obrador, elaboramos a diario nuestros roscos con la receta familiar, sin aditivos ni artificios, tal y como nos enseñaron nuestras abuelas. Es nuestro dulce más especial: tierno, jugoso y cargado de recuerdos. Una auténtica tentación que no puede faltar en estas fechas tan señaladas”, revelan desde La Dulce Alianza.
Cada bocado nos transporta a la infancia, a esas tardes en la cocina ayudando entre risas a madres y abuelas. Porque más allá del sabor, estos roscos evocan la importancia de la familia, el cariño compartido y ese sentimiento religioso tan arraigado en nuestra tierra.
Esta Semana Santa, vuelve a lo auténtico. Te esperan con los roscos recién hechos, como los de siempre, un clásico que no puede faltar en ninguna mesa durante estas fechas, y con el inigualable sabor que sólo La Dulce Alianza puede ofrecer.