La Compañía de María se fundó en Burdeos el 7 de abril de 1607. La persona clave en el origen del Instituto Religioso es su creadora, Santa Juana de Lestonnac, mujer excepcional que se quiso dedicar por entero a la educación de la juventud y, en particular, a la instrucción de las niñas. De ahí el sobrenombre por el que se conocía la Compañía en el mundo: Religiosas de la Enseñanza.  
Desde su nacimiento, la Compañía hace una aportación decisiva a la historia de la educación: es la primera orden que se “atreve” a educar a la mujer, hecho verdaderamente revolucionario a principios de siglo XVII. Para Juana de Lestonnac y sus compañeras, la mujer tenía que tener los mismos derechos que el hombre porque constituye la mitad del género humano. 
En 1885, la Compañía de María se estableció en Almería y, en sus más de 138 años de historia, ha sido y es un referente obligado para la ciudad y muchos de sus ciudadanos. 
En la tarde del 14 de mayo, se celebró en la iglesia del colegio un acto religioso al que acudieron autoridades de la ciudad e instituciones y personas vinculadas a la Compañía de María a lo largo de estos años. La eucaristía fue concelebrada, acompañada por acólitos (el alumnado) y el coro provincial de Almería y contó con gran asistencia y participación. A continuación, tuvo lugar una entrañable convivencia en las instalaciones del Colegio.
En la mañana del 15 de mayo, día en el que, en 1949, la Iglesia reconoció, a través del Papa Pío XII, la santidad de Juana de Lestonnac, tuvo lugar la celebración para la comunidad educativa con una multitudinaria misa en el patio, bocadillo solidario y actividades culturales y deportivas.
La misión de la Compañía de María va volcada en formar chicos y chicas con una moral evangélica; que de sus aulas salga “buena gente”, jóvenes comprometidos, capaces de luchar por una sociedad más justa. 
Hoy, la Compañía de María mantiene vivo el legado de su fundadora: educar según las circunstancias de cada tiempo y lugar y tender la mano a los más necesitados.