La pandemia lo detuvo todo en el tiempo, pero no hay mal que cien años dure: la Caridad hizo ayer lo que tenía previsto para el mes de octubre del año 2020. Celebrar.
La hermandad del Viernes Santo cumplía entonces 25 años. Ahora, con las mismas ilusiones, la corporación franciscana (que nunca ha sido perezosa a la hora de emprender la marcha de un lugar a otro) llevó a su titular hasta la lejana parroquia de San Francisco de Asís, la iglesia del barrio de El Quemadero en la que nació.
Cambios El hecho de que los vaivenes cofrades hayan llevado a los hermanos de la Caridad hasta Santa Teresa como sede no implica que estos hayan borrado el pasado ni olvidado sus orígenes.
Así, el traslado desde Santa Teresa hasta El Quemadero aún tenía una parte especialmente emotiva: tras pasar parte de la jornada del sábado en San Francisco de Asís, en el traslado de vuelta la hermandad hizo una parada en San Agustín, templo en el que han sido bendecidas la mayoría de las imágenes y desde el que, además, solía hacer la salida procesional cada Semana Santa.
Y no estaba todo hecho: el regreso no era hasta Santa Teresa, sino hasta la Catedral. El Cristo de la Caridad permanecerá en el primer templo de la Diócesis todo el mes de octubre, para participar en la exposición cofrade ‘Signum Fidei’, con la que la Agrupación de Hermandades y Cofradías celebra 75 años desde su fundación.