Silencio sepulcral en las calles de Cuevas del Almanzora al paso del Cristo del Perdón y la Caridad y de La Dolorosa, provocando la devoción y el recogimiento en el Vía Crucis penitencial de cada una de las imágenes. El viernes, tras la Santa Misa en honor a María Santísima de los Dolores, salía en procesión La Dolorosa, junto a su hijo Jesús Nazareno, acompañados por la Agrupación Musical de Cuevas del Almanzora.

El domingo, Jesús hacía su entrada triunfal en Jerusalén en un paso viviente, contando con soldados romanos y una gran cantidad de hebreos, acompañados de la Banda de Cornetas y Tambores Sentencia y la Agrupación Musical Nuestra Señora del Rosario, ambas de Cuevas.

El lunes, el Santísimo Cristo del Perdón y la Caridad hizo que la noche se hiciese oración con los únicos sonidos de la campanilla, algún tambor y el toque de silencio de una trompeta en cada una de las estaciones del Vía Crucis. Su presencia hacía recordar aquellas palabras de la Madre Teresa de Calcuta: “el perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor.

Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió”; o la frase de Fray Luis de León “la caridad es el espejo del alma”. Este año, el Consistorio ha aprovechado para homenajear a Juan Antonio Uroz, por su dedicación y larga trayectoria como cofrade del municipio, quedando los asistentes entusiasmados cuando la joven  Montse Sánchez, interpretó la Saeta de Serrat, acompañada de la Agrupación Musical Nuestra Señora del Rosario.