El grupo de activistas de Greenpeace que el lunes se instaló en el hotel El Algarrobico continúa con sus movilizaciones y actividades. Ayer fue su segunda jornada reivindicativa en este inmueble, cuyas obras están paralizadas a la espera de que la Justicia se pronuncie definitivamente. Ahora, con estas movilizaciones, que exigen un acuerdo entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía con el que se comprometan al “inmediato” derribo del hotel, han vuelto a resurgir las diferentes posturas existentes referentes a este proyecto urbanístico, que tanto ha dado ya que hablar.

El actual equipo de Gobierno de Caboneras (Gicar-PP) sigue insistiendo en que si el edificio ya está levantado que no se derribe. Así lo ha señalado el alcalde, Salvador Hernández (Gicar), quien ha apuntado que se deberían haber tomado medidas antes de su construcción. “Una vez terminado, yo creo que lo más normal y lo que nos dice el sentido común es que es una barbaridad que ahora se derribe o se deje abandonado”.

“Indudablemente, todo lo que sea abrir negocios, hoteles y nuevas infraestructuras crea puestos de trabajo. Algo que ahora necesitamos como el respirar”, ha añadido. Aún así, el primer edil ha apuntado que el Consistorio acatará la decisión judicial, ya que “no tiene más remedio que hacerlo”. Hernández no ha querido hablar sobre la recuperación del paraje El Algarrobico si finalmente la Justicia determinada el derribo del hotel, ya que señala “eso lo tienen que determinar los expertos”.

Mirando a Macenas

Por su parte, el concejal de Urbanismo y Fomento, Salvador Alarcón (PP), apunta hacia la misma línea que su compañero de Gobierno. “Carboneras necesita desarrollarse, tener un futuro similar a la zona que se ha dado en Mojácar con Macenas. Ahí no ha habido ningún problema. Lo que se ha hecho en esa zona casi lo podría calificar como una actuación mucho más agresiva que lo que se está haciendo en El Algarrobico”.

El edil también insiste en que el municipio necesita empleo y despegar económicamente, “más en los tiempos en los que estamos”. Es más, el concejal de Urbanismo, señala que la playa de El Algarrobico siempre ha tenido una vocación turística que, por diferentes razones y por cuestiones políticas, ha estado paralizada y cuartado su desarrollo turístico. Alarcón ha señalado que hay mucho que discutir a la hora de hablar del valor medioambiental de la zona sobre la que se levanta este ya famoso hotel. “No ha habido daño medioambiental, ya que los parajes naturales que puedan tener un cierto valor ecológico quedan mucho más adentro y no en la costa. Esos, sí hay que protegerlos”, ha apuntado. A pesar de sus posturas encontradas, Ayuntamiento y Greenpeace abordaron ayer juntos la situación actual de este inmueble. La responsable de Costas de la organización ecologistas, Pilar Marcos, valoró el “cambio de tendencia” del Ayuntamiento tras mantener una reunión de dos horas con el alcalde. Pese a esto, Marcos detecta aún una serie de “incoherencias” como algunas insinuaciones del regidor quien, según ella, observa todavía la posibilidad de abrir este complejo hotelero.

A nivel provincial, el Partido Popular asegura mantener la misma opinión que al principio sobre la construcción de este hotel, mientras critica que ha sido la Junta quien primero dijo si y luego no a este proyecto turístico. Por ello, el PP sigue pidiendo responsabilidades políticas. La dirigente popular, Aranzazu Martín, ha indicado que el daño medioambiental es irreparable”, a lo que añade la mala imagen que se ha dado de Almería y de Carboneras. “Lo que dice el Ayuntamiento y los dirigentes populares en el municipio es lo que piensa cualquier ciudadano desde el sentido común: ya que está construido, que no se tire”.