Encontrar un piso de estudiantes es el nuevo reto de los cientos de universitarios que acuden cada año a la capital almeriense para cursar sus estudios. No piden tanto. Que la zona sea segura, que el precio no exceda de sus posibilidades y que las condiciones en las que se anuncia se ajusten a la realidad. Requisitos mínimos, en algunos casos incompatibles con la oferta de vivienda en Almería, que convierten la búsqueda de un piso de estudiantes en una auténtica odisea.

Aroa tiene 23 años, es estudiante en la Universidad de Almería y se ha enfrentado en dos ocasiones a la aventura de encontrar una habitación compartida. La primera, hace varios años, fue rápida y sencilla gracias a tener un conocido que alquilaba un piso en la capital, pero en su segunda búsqueda no tuvo la misma suerte: "Fue horrible, me costó muchísimo encontrar piso porque los precios estaban muy altos", detalla para LA VOZ.

La experiencia de Aroa no es aislada y la avalan los datos. Almería es una de las ciudades españolas en las que más ha crecido el precio de una habitación compartida, según un estudio de Fotocasa. Lo ha hecho casi un 12% con respecto a 2024, un porcentaje considerable que la sitúa como la sexta ciudad española en la que más han subido los precios en el último año.

"Iba a comenzar el curso y no tenía habitación"

"Estuve buscando piso desde junio y no encontré hasta septiembre. Estaba muy asustada porque iba a comenzar el curso y no tenía habitación", cuenta Aroa reviviendo el estrés que sintió en aquel momento. Su experiencia es la misma que la de cientos de estudiantes que vienen de fuera de la capital almeriense y tienen grandes dificultades para encontrar una habitación. Y, detrás de estas complicaciones, hay un gran culpable: el precio.

El precio medio de una habitación en Almería se sitúa alrededor de los 320 euros, a diferencia de los 290 euros que costaba en 2024, según Fotocasa. Un aumento considerable que, por suerte para los estudiantes que llegan a la capital, no se equipara aún con las desorbitadas cifras que cuesta alquilar una habitación en otras ciudades españolas. Sant Cugat del Vallés (Barcelona) lidera el ranking de las ciudades más caras con un precio medio de 708 euros por habitación. Le siguen Bilbao (646 €), Barcelona (643 €) y Madrid (604 €). 

En Almería, las cifras todavía están muy lejos del precio de estas grandes ciudades españolas. Aroa comparte piso con tres personas más en Almería y paga 225 euros al mes por su habitación, sin contar los gastos de suministros como agua o luz. "Hemos mirado por si había mejores ofertas, pero de momento no nos movemos de aquí. El piso que tenemos está muy bien", cuenta la estudiante.

La otra cara de la moneda: "Dejan el piso sucio o destrozado"

Sonia es otra joven que, en su caso, se encuentra en el otro lado de la historia; es una propietaria que alquila un piso para estudiantes en Almería. No obstante, por la experiencia de su hermana buscando piso conoce a la perfección ambas caras de la moneda. "Han subido mucho los precios y son abusivos, sobre todo en aquellos casos en los que los pisos no están en buenas condiciones", detalla la arrendadora.

En su opinión, y dada su posición de propietaria, también es problemático el alquiler a jóvenes estudiantes que, en ocasiones, generan problemas en el mantenimiento de la vivienda: "Por mi experiencia, los inquilinos son muy irresponsables. Algunos no pagan facturas, dejan el piso sucio o, incluso, destrozado", relata. 

El tema del precio, para Sonia, no siempre es abusivo. "Si el piso está en buenas condiciones es normal que suban los precios debido a la inflación y con todos los impedimentos que Hacienda pone al que alquila", apunta. Esta propietaria también señala a las inmobiliarias como culpables en cierto modo al quedarse en ocasiones con "hasta 3 meses" de fianza: "Lo veo excesivo".

"El casero empezó a subir el precio todo el rato"

El gran reto detrás de toda esta subida de precios no solo está en encontrar el piso que mejor se adapte a las posibilidades de cada bolsillo. Está en sobrevivir al paso del tiempo. Aroa consiguió su primer piso, ubicado en El Zapillo, por un precio asequible, pero con el paso del tiempo "el casero empezó a subir el precio todo el rato". Una práctica habitual que va adaptando los precios al mercado y que convierte, cada vez más, la operación de encontrar un piso en un toda una odisea.

Además de los precios, los estudiantes que acuden a Almería para estudiar deben tener otros muchos factores en cuenta. La ubicación, las condiciones de la vivienda, o la amabilidad del propietario pueden determinar que los meses que residan en ese piso se conviertan o no en una pesadilla. La mayoría de pisos dedicados a estudiantes sufren incidencias casi diarias por su malo mantenimiento: "Hemos tenido algunos problemas en el piso con varias goteras que, a veces, hay que justificar en exceso con fotos y pruebas para que se arreglen", cuenta. 

A esto se suma que la mayoría de estudiantes que alquilan un piso en Almería capital no son de la provincia o, al menos, no de los alrededores. Por tanto, deben guiarse en un primer momento por fotos y vídeos que, en ocasiones, no se corresponden con la realidad: "Hasta que no vamos a verlo por primera vez no podemos fiarnos. Eso genera mucha incertidumbre", concluye la estudiante.