A cada horticultor  almeriense le cuesta utilizar envases de plástico para sus productos  un sobreprecio de 2.800 euros cada campaña. Lo hace, no porque no practique un riguroso control de costes, sino porque teme las represalias del pool del plástico y de sus principales clientes, las cadenas de supermercados que son dueñas también de las firmas que fabrican los envases.

El montante global para  los 18.000 agricultores que producen frutas y hortalizas en invernaderos de la provincia es de 52 millones de euros, según la estimación de la Asociación Coexphal sobre el 23% de porcentaje que supone este tipo de envasado. El resto es cartón u otro tipo de envase de plástico más económico.

El problema de sobrecoste no es oriundo solo de Almería puesto que otras zonas hortelanas como Murcia, a través de la organización Proexport, y Granada también lo padecen, hasta suma un sobrecoste agregado que alcanza los 100 millones de euros por campaña. El gerente de Coexphal, Luis Miguel Fernández, ha explicado que “se trata de un tipo de envase denominado Ifco y Europool, que en su mayoría está controlado por los supermercados alemanes y que presionan para que sea el que se utilice en la logística de las frutas y hortalizas almerienses”.

Informe económico
Los exportadores de las tres provincias han enviado un informe económico a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) para que sea analizado y denunciado ante la Unión Europea por prácticas abusivas del pool del pástico.

Desde Coexphal, que cuenta también con el respaldo de Fepex en esta queja, consideran que estos envases reutilizables de plástico pueden suponer también problemas de salubridad potencial al utilizarse también para otro tipo de productos alimentarios.

Fernández expresa que “el director de la Agencia AICA, José Miguel Herrero, nos respalda también en esta demanda que hacemos que es, a su vez, económica, de salubridad y de sostenibilidad”.

Los exportadores de las tres provincias se han comprometido a recopilar pruebas que demuestren “las prácticas abusivas y la amenaza a perder clientes si no se obedece a estas empresas del plástico”.

La situación, identificada desde 2009, se ha consolidado como una amenaza que cercena la rentabilidad del sector, teniendo en cuenta que hay envases de plástico que valen la mitad, pero que no son aceptados por determinadas cadenas de distribución.

Aunque los exportadores manifiestan sus preferencias por los envases de cartón, puede que tampoco sean la opción más competitiva de cara al futuro, siempre que sean de un solo uso y no de papel reciclado.

No obstante, en la actualidad, según Ramón Tubío, economista y experto en embalaje agroalimentario, “para el productor agrícola los envases de cartón ondulado son más rentables que la cajas de plástico reutilizables”.

Sin embargo, su utilización tendrá límites en el futuro: a partir de 2030, solo un 25% de los envases de cartón podrá ir al vertedero, el resto tendrá que reciclarse.