El Almería resucita y Soriano respira. No se ganó, y el equipo sigue en descenso, pero el orgullo y el defender a muerte el escudo ha vuelto al vestuario. El barco se pudo hundir con la remontada del Levante en el segundo tiempo, con los goles de Roger y Jason. La fragilidad era el talón de Aquiles y parece que ha pasado a la historia. Los almerienses se fueron arriba y lograron igualar, para alegría de su míster, si bien cree que la victoria hubiera sido justa: “Si se decidiera a golpes, merecimos la victoria. Hubo muchas fases en las que fuimos superiores al líder, pero si cuando bajas la concentración te meten dos goles”.

Con calma
No se pueden lanzar las campanas al vuelo, el Almería no gana y viaja a Alcorcón con necesidad de vencer, pero siendo conscientes de que pueden contra las adversidades: “No hay pasado ni futuro, es el presente. Quiero que mi equipo juegue siempre con estas ganas, orgullo y desparpajo, aunque hay veces que no sale. Cada semana es un mundo diferente”.

Levantarse
Valoró muy positivamente Soriano que sus jugadores no se dieran por vencidos con el 1-2. Competían en casa, con la afición, y no podían dejarse llevar. Se le plantó cara al mejor rival de la categoría:  “En Huesca nos vinimos abajo con el segundo gol, pero contra el Levante no, pese a que la situación no era fácil. Este Almería nunca se rinde y lo demostró”.

Respecto a los cambios, a Soriano se le preguntó sobre la entrada de Juanjo en los últimos minutos: “Hay que tomar decisiones, y se toman durante el partido. El último cambio fue Juanjo, con jugadores con molestias (Vélez, Puertas), y si quito antes a Joaquín y me quedo con diez, me hubieran llamado gilipollas. A posteriori todo parece sencillo”. Soriano recuperó la sonrisa y en Alcorcón quiere refrendar la mejoría.

Sonido SER: Fernando Soriano, entrenador del Almería.