El balance de las cuatro primeras jornadas de Liga muestra un Almería que se mueve en los extremos. Presenta dos caras. Los de Fernando Soriano, con siete goles marcados en las cuatro primeras etapas, seis de ellos en las dos últimas, muestran la cara amable, la que en sus dos últimos compromisos ha hecho vibrar a los suyos con seis goles, la mayoría de ellos de una bellísima ejecución y perfecta elaboración. Una media de casi dos tantos por encuentro disputado me da licencia para calificar la trayectoria atacante del equipo como de sobresaliente. Pero si este Almería de mis amores y pasión no está hoy en todo lo alto de la tabla es porque, como en el caso del doctor Jekyll y mister Hyde,  muestra una cara mucho menos amable, cuando de defender su meta se trata.

Seis goles encajados en lo que va de campeonato y habiendo concedido además una buena cantidad de oportunidades a rivales como el Rayo que podían haber acabado en el fondo de las redes rojiblancas, denuncian unas carencias a la hora de tapar los caminos hacia su propia portería que me obligan a dar un suspenso al equipo en esta parcela.
Ofensivamente, estoy convencido de ello, Soriano va  a seguir trabajando para mejorar, aunque en este apartado no será fácil superar lo hecho hasta el momento.
Donde si que tiene por delante un trabajo muy duro es en la parcela defensiva. Mantenerse en todo momento bien armado en la retaguardia es algo que se puede conseguir con el trabajo, pero el déficit del altura de los centrales puede seguir pasando factura.

La victoria tiene muchos padres; la derrota es huérfana, escribió alguien. 
Todos nos queremos adueñar de los laureles del éxito, pero solemos mirar para otro lado cuando llega la hiel del fracaso deportivo. 
Por eso desde todos los medios ponderamos y bendecimos individual y colectivamente a los triunfadores, pero miramos hacia otro lado a la hora de personalizar e individualizar culpas, que las hay, como si ello fuera pecado. En cualquier caso la afición se regocijó el domingo con tres goles como tres soles y lo que nos queda a todos es seguir disfrutando pensando en sumar, sin prisas pero sin pausas, los 50 puntos esta temporada.