El fútbol condena al Almería del Pipo Goro
Inconsistencia atrás y su falta de gol

Juan Ramírez.
Es la gran diferencia que marca el deporte rey entre los equipos perdedores y los vencedores. Los primeros, entre los que desgraciadamente se encuentra este año y el anterior el Almería, necesitan hacer las cosas bien, casi perfectas, para sumar puntos; los segundo los hacen hasta sin jugar bien o incluso jugando mal.
El sábado el Nástic de Tarragona no fue superior al Almería en el juego, ni siquiera dispuso de más y mejores ocasiones de gol.
Calidad
La desigualdad en el marcador se cimentó en esos detalles, que parecen pequeños pero que no lo son, que en esta categoría son los que marcan las diferencias. El Almería lanzó cuatro saques de esquina, los mismos que el rival. El Nástic siempre lo hizo con mala intención, de hecho se le anuló un gol en el primero y marcó en el tercero. Mientras tanto los locales no culminaron con un solo remate bajo palos sus lanzamientos desde la esquina.
Dispusieron de cinco lanzamientos de faltas muy cerca del área rival y sólo en el último consiguieron superar a los defensores y hacer el gol. Al respecto hay que volver a destacar que en este tramo final de temporada este futbolista se ha destapado como el mejor rematador de cabeza del equipo.
Para medir el grado de eficacia basta un dato revelador en el minuto 40 el Nástic ganaba por 0-1 habiendo hecho sólo dos remates, el casillero rojiblanco estaba a cero con 7 remates. La conexión Juan Ramírez-Quique González- José Ángel
Pozo brilló por ausencia más que por presencia ante el Nástic de Tarragona.
Enfrente un equipo sólido en defensa, poderoso en el centro del campo, con delanteros listos, que supo dar al partido el ritmo que le convenía en cada fase.