El entrenador del Almería es un hombre de fe. No sé hasta qué punto, pero escuchando sus palabras a la Virgen el día del Girona y con su levantá en Jerez tengo claro que es de los que reza todas las noches antes de dormir.

Me gusta Goro, me cae bien, no le conozco, pero siendo un padre de 6 hijos tiene que pedir a Dios todos los días para que no le falte el pan. Es un hombre que cumple sus promesas y dice realidades. Me gusta escucharlo.

Pero a lo que vamos, que tengo ganas de que cumpla su deseo de seguir en Almería un mínimo de tres o cuatro años. Quiero que viva nuestra Semana Santa como lo hizo en Jerez y que nos salve al Almería, ya que todo lo anteriormente expuesto pasa por ello.

Sabe Goro que Dios no tiene equipo ni la Virgen tampoco, pero seguro que en la levantá de Xerez le diría a nuestro padre que: le gusta España, que tiene trabajo en Almería y que desea seguir más tiempo entre nosotros.

Todo pasa por su trabajo, por sus conocimientos y por lo que realicen en el campo sus futbolistas. Los entrenadores están vendidos cuando empieza a rodar la pelota y seguro que más de una vez ante la soledad de la derrota habrá dicho aquello de ¡Dios mío, por qué me has abandonado!

Me gustaría conocerlo en persona y cambiar de Santos. Él me enseña sus estampitas (si las tiene) y yo las mías (que las tengo). Hablar un ratillo de fútbol y también de la fe, que es fundamental en la vida.

Yo soy unos años mayor que él y cuando se pasa de los 50 nos queda menos vida de la que vivimos y cuando pedimos lo hacemos más por los demás que por nosotros.

Sería lindo, como dicen los argentinos, pedirle disculpas si le molestó mi opinión sobre la pizarra y celebrar su modelo de fútbol con el que me identifico, ya que por encima de todo Goro busca sumar. Es la verdad del fútbol. Lo demás es teatro.

En un mundo tan acelerado como el de hoy. En una sociedad de Twitter y Facebook, a veces viene bien encontrar a un entrenador de carne y hueso alejado de tantas pamplinas (tonterías en argentino), que se gastan algunos. Goro es racional, humano, normal.

Pido al Cielo una levantá y muchas más de Goro en Almería. Que a sus hijos nunca le falte el pan y Dios le ayude a terminar su Pasión rojiblanca, porque es la nuestra.

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