Desde los tiempos de Sergi en el Almería todo lo dejamos para después. “Queda mucha Liga”. “Siguiendo así vamos a ganar”. “Este equipo se merece más”. “Vamos a ganar en Valladolid”. “Queremos marcar el segundo antes que el primero”. Y así todos los tópicos que quieran.

Este Almería lo deja todo para la próxima semana. Lo fía todo al destino.

Me gusta que Goro adelante las alineaciones. Me gusta que asegure que vamos a ganar en Valladolid. Pero le recuerdo tanto a él como a sus jugadores que solo se ganaron 6 partidos de 30 y solo el último de la fila ha ganado un partido menos.

No me gusta dejar para mañana lo que puedas hacer hoy. El equipo sigue sin encadenar una racha de victorias. El equipo no gana dos partidos seguidos. El equipo sigue pidiendo la hora. Y el equipo ganará mañana todo lo que no pudo ganar hoy.

Me parece que meternos en las últimas diez jornadas de Liga con el equipo en descenso es jugar a la lotería. Me parece que el próximo partido es una final y nuestra liga va más con el Mallorca que con el Valladolid.

Y lo que tengo más claro de todo es que hablamos de ganar como si fuésemos el Barça. Sumamos el ciento volando y se nos va el pájaro en mano. Tenemos la cabeza llena de pajaritos y de delirios de grandeza.

Lo de ganar es cuestión de hacerlo y no de pregonarlo. A día de hoy somos el cuarto por la cola de Segunda División y no debemos desafiar a un Valladolid que está mejor que el Almería a día de hoy con más gol que los rojiblancos.

Vamos a mirar la tabla primero y el calendario después. Mejor ganamos el siguiente y luego pensamos en el otro. Mejor marcamos el 1 a 0 y luego vamos a por el segundo porque vaya tela con el Almería de verbo.

No aprendemos

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