Si en 30 jornadas el Almería ha ganado 6 partidos pidiendo la hora, en las 12 jornadas que quedan ganará: x. Es una regla de tres pero mejor no la hagan que el resultado nos condena.

Pero no quiero hablar de triunfos tanto como de la forma de conseguirlos: siempre sufriendo y pidiendo la hora.

A veces me pregunto cuándo llegará ese partido con una cómoda ventaja en la recta final. Con el enemigo sin opciones y la grada disfrutando de lo lindo. Sin tener que mirar el reloj y no temblar por un corner en contra.

Uno de esos partidos que se ganan bien y jugando al fútbol. Con una afición entregada y disfrutando con sus futbolistas. Con el corazón latiendo a un ritmo normal y la tensión arterial en su justo lugar.

No estoy pidiendo ganar por cuatro ni por tres, pido uno de esos partidos donde al descanso la afición está relajada y el contrario desesperado buscando soluciones.

Un partido para dar minutos a los que no los tienen y probar cosas nuevas gracias al resultado que refleja el marcador.

No estoy pidiendo ganar diez, solo quiero uno de esos que tanto gustarían a nuestros aficionados. Igual si se da no sabemos disfrutarlo por falta de hábito, pero sería especial para todos aquellos que aguantaron el tirón de las seis victorias locales.

Es muy fuerte lo de esta temporada con el equipo siempre en descenso. Siempre falta una pieza al puzzle y no hay un final de partido bajo control.

No parece el Mallorca un rival fácil pero esta categoría es tan rara que el Llagostera los dos partidos claros que ganó fueron ante el Alavés de Bordalás y el Mallorca de Vázquez por tres goles a cero cada uno.

Solo pido que a Chuli le dé por meter su ocasión. Que Quique vea portería y Uche se estrene en su nueva etapa con el Almería. No es mucho lo que pido, pero igual es demasiado con los precedentes.

Parece más fácil pillar un buen bocado en la Lotería que ver ganar al Almería un partido por más de un gol.

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