Ha habido bastantes momentos a lo largo de la temporada, quizás incluso demasiados, en los que los cambios tanto nominales como de sistema, no sólo no han mantenido el nivel competitivo del equipo, sino que lo han desmejorado hasta incluso llevarlo al fracaso, como ocurrió el día que visitó el Mediterráneo el Lugo. El sábado fue todo lo contrario, los cambios, en la mayoría de las ocasiones obligados por problemas físicos de los titulares, no mermaron el rendimiento del conjunto almeriense.
El primero en aparecer en escena fue Fran Vélez para sustituir al lesionado Dubarbier en el minuto 66. Se colocó como lateral zurdo, que no es su mejor posición, y estuvo sobresaliente taponando su banda con eficacia y contundencia, demostrando que para este tramo final de Liga puede ser una pieza básica en el sistema de contención almeriense.
Casi de forma simultánea Antonio Puertas tiene que entrar por Chuli, con sobrecarga. Se colocó como jugador más adelantado y cumplió manteniendo a raya a los centrales y realizando buenos desmarques, le faltó culminar las acciones de contragolpe. Juan Ramírez ocupó la posición de Pozo, en el minuto 77, con la misión de poner a contribución del equipo su calidad, para aumentar la posesión, y su capacidad de desborde para intentar culminar alguna contra. Aportó al colectivo.