Ni el dinero gana partidos ni fichando más harás mejor equipo. Esta es la lectura que nos deja el nuevo Almería de Goro capaz de ilusionar en dos jornadas y recordarnos su peor versión en el siguiente choque.

Alfonso dijo que “igual tengo que fichar a 3 o a 13” convencido de que con mejores jugadores todo iba a cambiar cuando él sabia que el problema sigue estando en la sala de maquinas. En el vestuario.

Ni el talento, ni la velocidad, ni las ganas: se pueden entrenar. De las dos primeras vamos regular y de la última como en la Mili, se le supone. Eso de ir todos a una. Ese luchar y pelear por un escudo. Echarle sangre. Tener alma. Poner cataplines en cada jugada... si se tiene no se saca o no se nota.

Al presidente, como a todos nosotros, solo nos queda rezar y esperar que haya cuatro equipos peores que el Almería para salvar la que va a ser peor temporada de la era García Gabarrón.

Todo lo que podía hacer el presidente lo hizo. Y todo el mundo sabe en esta tierra que el vestuario no funciona y lo que sucede dentro salta al campo.

Seguro que al leer esto algunos jugadores se echarán las manos a la cabeza y saldrá Soriano diciendo que “se creó mucha expectativa a comienzos de temporada”. Yo le respondo de antemano que son todos, incluido él, grandes jugadores pero un mal equipo. Muy mal equipo.

Cuando en fútbol no te llega por calidad hay que poner eso que se lleva debajo del pantalón para nivelar. Pero eso creo que era antes, ya que no veo al Almería capaz de ello. No ha salido a relucir en 25 jornadas de Liga.

No hay un solo jugador que encienda el Estadio con su carácter, con su talante. Con sus ganas de vencer.

El presidente ha firmado lo que Goro le ha pedido pero este vestuario todo lo diluye.

PD. Si son tan buenos. Si están tan unidos. Si le echan tantas ganas. Que se lo demuestren a su presidente. A mí no.

Y dejen de mandar a casa a los aficionados antes de tiempo.

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