No es por la victoria ni por el empate. No ha sido por abandonar el farolillo rojo. Ha sido por el cambio que ha dado el equipo en dos partidos y por lo que cuentan los jugadores del entrenador.

Sabe el presidente que no acertó con los catalanes Sergi y Carrillo pero su experiencia siempre le dice que "los entrenadores son otro mundo" y parece que a la tercera ha dado en la diana pese a que le costará un riñón.

Criticado por no gastar dinero ahora está dispuesto a todo por salvar la Liga Profesional. Pero el dinero no lo es todo.

Lo verdaderamente importante a día de hoy es la ilusión del presidente. Ha vuelto a disfrutar con el fútbol y está en su salsa negociando salidad y entradas de jugadores: esto le chifla a Alfonso.

Almería debe tener claro que no hay nada después de Alfonso que se conozca en esta tierra. Tener al presidente motivado implica tener fútbol en esta provincia: no queda otra.

Se está gastando las perras con la ilusión de recuperarlas en dos o tres años volviendo a Primera. Porque si salimos de esta el Almería regresará a la élite.

Goro tiene carta blanca para firmar pero con la condición de traer jugadores que sean válidos para Primera con vistas a la próxima temporada.

Si hay algo que quemaba al presidente del Almería esto era ver al equipo mejor pagado de la categoría, el suyo, sin competir en Segunda. Esto terminó de hundir la moral de Alfonso pero Goro se la ha devuelto y está convencido de que todo va a cambiar.

Está tan implicado que duerme con el talonario en la mano.