El Almería completa su décima jornada sin conocer la victoria al sumar su tercer empate consecutivo en un encuentro en el comenzó ganando desde los primeros compases, perdió de vista el balón y la brújula del juego hasta el descanso. Los recuperó en la segunda mitad  pero no fue suficiente para ganar porque en el último momento faltaron ideas.

Lolo Reyes
No pudo comenzar mejor el partido para el conjunto almeriense ya que a las primeras de cambio, no se había llegado al segundo minuto, Quique rompe desde la banda derecha, cede a Soriano, rechaza la defensa el disparo del maño y Lolo Reyes, escorado lanza un gran disparo cruzado que llena de ilusión la grada del Mediterráneo.

Pero incomprensiblemente el tanto, en lugar de serenar a los locales, les hace perder el balón de vista, los errores en los controles y en los pases y la precipitación presiden los siguientes minutos de los de Carrillo y la Ponferradina pone cerco a la meta de Casto. Las aproximaciones, que no los disparos se suceden a favor de los leoneses. Como siempre su mejor artillero y el que más cerca del gol estuvo es Yuri. Las más claras un cabezazo cerca de la madera y un remate cruzado que salva el palo de la meta de Casto.

Cuando parecía que el huracán berciano amainaba se produce un fuera de banda que con Casado es como si fuera un córner; Casto salva en gran intervención un cabezazo de Miquel e incomprensiblemente el árbitro, señala el punto de penalti en una acción que había dejado seguir y en un forcejeo de lo más normal dentro del área. Yuri la lanzó, como siempre que lo hace con fuerza junto al palo derecho y hace subir al marcador el empate.

Reacción
El punto no le valía al Almería y por eso Joan en el descanso cambia el sistema y pasa a jugar con un 4- 4-2, junta las líneas que antes estaban anárquicamente separadas y se hace dueño del balón. Quique y Chuli se colocan como jugadores más adelantados, el equipo da un paso adelante.

Las variantes realizadas por Carrillo le sientan bien al cuadro almeriense que borra del campo a la Deportiva, que ya no volvería a ver de cerca a Casto, y busca con todas sus fuerzas el tanto de la victoria. Es entonces cuando el equipo acusa la ausencia de laterales ofensivos como Dubarbier y Michel para que su superioridad se tradujera en oportunidades, y cuando le llegó a Iago, la tiró por la borda. Con la Ponferradina pidiendo la hora se llega al final.