Carrillo se enfada y para el entrenamiento
Michel se llevó un pelotazo en la cara y el míster optó por la retirada al vestuario
A Joan Carrillo le llueven los problemas. Un jueves que, aparentemente, iba a ser normal en el Almería, se convirtió en una pesadilla para el míster, su cuerpo técnico, y los futbolistas. La mañana comenzó con la ausencia de Quique González, máximo artillero rojiblanco esta temporada con cinco dianas. Desde el miércoles por la tarde arrastraba molestias musculares y no saltó al campo con los compañeros. Solo se dejó ver en la parte final y habló con Carrillo sobre su estado.
Por si fuera poco, Casto Espinosa, que desde Mallorca viene entrenando y jugando con la rodilla tocada, sintió más molestias de lo habitual en el entrenamiento. Albert Batalla, del División de Honor Juvenil, estuvo a las órdenes de Ángel Férez. Todo apunta a que hoy volverá a ejercitarse otro cancerbero de la cantera rojiblanca, bien Albert o Yeray, del filial.
El susto
La gota que colmó la paciencia de Joan Carrillo llegó en la última parte de la sesión. Quedaban siete minutos para finalizar el trabajo cuando Michel Zabaco recibió un fuerte balonazo en la cara tras un disparo a puerta de Iván Sánchez. Rápidamente los compañeros pidieron al doctor Morate que se acercara hasta el central, que por unos segundos perdió el conocimiento. Carrillo permaneció inmóvil en la banda mientras atendían al jugador, y pensó que lo mejor era parar.
Al vestuario
Con tantas lesiones y el enorme susto de Michel Zabaco, el técnico transmitió su enfado a la plantilla antes de acercarse hasta la posición del futbolista burgalés, al que le costó levantarse del césped. El doctor Morate se lo llevó a la sala médica con mareos, pero todo quedó en un susto. Abandonó el Estadio sonriendo junto al capitán Fernando Soriano. Precisamente, el mañico habló en zona mixta con Joan Carrillo, que entró al vestuario con gesto contrariado después de los sucedido en el Anexo.
Carrillo teme quedarse en cuadro, más aún, para el partido de Alcorcón y tuvo que poner punto y final a la sesión después de que Michel perdiera el conocimiento al recibir un fuerte balonazo en la cara. Más vale una retirada a tiempo, pensaría el entrenador del Almería.