Manifestaba Sergi al término del partido que en el descanso le había pedido a sus jugadores que “tiraran más hacia adelante”. No lo hicieron, posiblemente no porque no quisieran irse hacia arriba, sino porque no podían. Al margen de la derrota el Almería ofreció una lamentable imagen en Lugo. Desde luego en ningún momento su comportamiento correspondió al de un conjunto puntero de la categoría. No es obligación ni del Almería ni de ningún equipo actuar con brillantez un fin de semana sí y el otro también, pero tanto por presupuesto como por historial el conjunto almeriense tiene la ineludible obligación de ser competitivo y el domingo no lo fue. 

Sin ideas Como el análisis de los partidos se hace una vez conocido el resultado, éste suele venir condicionado por los guarismos del electrónico. Si el balón al palo hubiera entrado y no se hubiera producido el lamentable fallo en el gol de los locales, posiblemente el pésimo juego del equipo se hubiera visto tapado por la efectividad. Pero sin juego, sin garra, sin actitud, sin goles y con derrota no se puede evitar el ver con preocupación que pintan bastos para el equipo almeriense.
Por si algún entrenador tenía duda de como batir la portería almeriense desde la estrategia del entrenador del Lugo, Luis Milla, les dio el domingo una lección práctica y gratuita. Se trata de lanzar el balón por arriba y muy cerrado para aprovechar la defensa en zona de los rojiblancos y la falta de decisión de Casto a la hora de solucionar los balones que le llegan dentro de su área. Con el meta bajo palos y la pelota centrada a muy escasa distancia es cuestión de buscar la zona más débil de la defensa, el domingo Corona, para tocar el balón dentro de los tres palos para superar a Casto. Con este sistema y con esta defensa el ascenso es una quimera.