Aurelio De Laurentiis no quiere perder tiempo. A pocas horas del adiós de Rafa Benítez, el presidente del Nápoles ha imitado a su extécnico y también está viajando hacia Madrid, con un objetivo muy claro: fichar a Unai Emery.

El mandatario azzurro, junto con el consejero delegado Andrea Chiavelli, se reunirá hoy con el actual entrenador del Sevilla y su agente Jorge Mendes, intentando convencerle para ser el heredero de Benítez en el San Paolo.

Lo tendrá complicado: Emery debería renunciar a la Champions conquistada con el equipo de Nervión y también a la posibilidad de acabar en otro grande de Europa para aceptar el proyecto de De Laurentiis, que tras la derrota de ayer ante el Lazio por segundo año consecutivo se quedará sin la máxima competición continental.

El presidente, sin embargo, tiene sus armas (hace dos años voló a Londres y convenció a Benítez enseguida) y podría ofrecerle al técnico un contrato de tres años con un sueldo importante (alrededor de 3,5 millones de euros). Si la misión madrileña fracasa, el favorito para el banquillo de los partenopei será Sinisa Mihajlovic de la Sampdoria, aunque con De Laurentiis cualquier sorpresa sigue siendo posible.


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