Nos pegamos unas semanas de cine en Almería. Sol radiante, buen rollito en el vestuario y hablando del próximo rival al que le ganamos de lunes a sábado. Justo hasta que empieza el partido y aparece el equipo que tenemos.

Vaya por delante que el Málaga que jugó en Almería nada tiene que ver con aquel que vimos en Valencia ante el Levante, en Granada o en Ipurúa. Hasta en esto somos los vecinos tontos. Ya salvamos al Málaga de caer a Segunda B con un empate milagroso a dos goles en el Mediterráneo. Tontos de remate. Y eso que llevaban los de Javi Gracia 8 partidos sin ganar.

Pero vamos al grano que no me quiero desviar. En la sala de prensa del Estadio, Sergi, se despacha con elogios a sus jugadores, una, y otra, y otra, y otra vez más.

Esto ya lo hacía Juan Ignacio cuando el equipo perdía. Daba la cara por sus jugadores. Los que estuvieron bien y los que no dieron una a derechas. Como todos los entrenadores: en manos de sus muchachos. Realidad cruel.

No creo que el Almería que jugó contra el Málaga se merezca una medalla. No creo que con tantas oportunidades de los directos rivales vaya camino de Segunda. No hay que proceder a las entrega de medallas.

Y me dice Rafa Góngora que el presidente salió el primero del Estadio Mediterráneo. Más madera señores, más madera.

Sergi, como JIM, felicita a sus jugadores, pero el equipo se va a Segunda División. No veo a dos tontos capaces de salvar al Almería. Hasta en esto somos colistas. Este Almería no se salva solo, no.

Acepto que Sergi quiere animar a sus jugadores pero ¿felicitarlos? por Dios Sergi, por Dios.

Gracia nos subió y Gracia nos bajó. Cosas del destino.

Síguenos en Twitter en

Síguenos en Facebook busca Tony Fernández Almería