En un fútbol que tiende a apreciar las eliminatorias en su conjunto, 180 minutos, el Atlético, fiel reflejo de Simeone, considera los primeros 90 como algo más que un tránsito hacia un choque de vuelta que siempre trata de descafeinar. El Bayer, por lo visto, también. El cruce entre ambos no ofreció un solo segundo de tregua. Lo que se vio en el BayArena en los primeros 45 minutos fue mucho más de lo que aportan otras eliminatorias en su conjunto. Fútbol, polémica, un héroe, Leno, y tensión -demasiada, quizá, como se comprobó en el área técnica entre Simeone, Burgos y Schmidt-. En la segunda mitad, se redujeron notablemente los niveles de todo lo anterior, pero llegó el gol. Uno, de Çalhanoglu. Y con ello un escenario extraño para el Atlético del Cholo. Nunca tuvieron que enfrentarse a una remontada en la máxima competición europea. Es lo que toca en el Calderón después del nefasto resultado cosechado en Leverkusen.