El fútbol de hoy no es como el de antes y nadie muere por unos colores pero si queda algo del pasado hay que buscarlo en las palabras de Corona tras el partido de Cornellá. En Verza o en el propio JIM que ha crecido en un fútbol que no llegaba a fin de mes.

Todos sabemos que en esta ciudad baja el equipo a Segunda División y nos quedamos tan panchos porque cada lunes sale el sol. Los jugadores cobran y se vive de maravilla. Calidad de vida.

Aquí nos pegamos toda una vuelta sin ganar en casa y lo arreglamos echando a la calle al entrenador y hablando del mercado de invierno. Aquí nos pinta la cara el Eibar o nos gana el Espanyol a medio gas y hablamos del siguiente partido.

Aquí no hay crisis que no se arregle desde el despacho de Urcisol de Águilas. Pero el presidente no puede con todo. Ha llegado la hora de poner cara la camiseta rojiblanca y de morir por el escudo.

Quiero a un Juan Ignacio “vinagre” como él mismo anunciaba tras las dos primeras victorias. Quiero que JIM no siga el mismo camino de Oltra que sustituía a Lillo y corrió con la misma suerte. Le deseo que termine la temporada en el Almería pero no va a depender de él: está en manos de los jugadores.

JIM tiene que llegar al alma de los jugadores. De titulares y suplentes. No reconocía a su equipo en la primera mitad de Barcelona pero no le será complicado mejorar la imagen ya que peor es imposible. Por Dios JIM.

Es tiempo de morir por el escudo. Hay que escuchar a Corona, Verza y JIM para saber el sentir del vestuario. Ha llegado la hora de levantarse y sacar la vergüenza torera. JIM tiene que volver a sus tiempos del Alicante o del Mar Menor y hablarles a los jugadores como si no cobraran. Recordarles a todos que no llegaban a fin de mes. Meterles el hambre en el cuerpo para que reaccionen.

La camiseta del Almería tiene un precio y a día de hoy éste precio lo pone JIM: no la regales Mister.