Es inevitable comparar y nada odioso en este mundo del fútbol. Ni JIM se debe molestar ni Francisco debe ser elevado a Santo. Se trata solo de una comparativa lógica ahora que se acaba la primera vuelta y el mercado está abierto.

Es inevitable comparar modelos pasados y presentes y ver como esta temporada parece que tenemos mejor plantilla que la pasada pero sin Aleix y Suso que marcaron las diferencias en las grandes batallas.

Es verdad que el equipo con JIM ha mejorado pero: igual no llega para el objetivo. Estamos en el mismo sitio y a la misma hora que la pasada temporada pero con tres puntos en la talega y tres puntos en Primera es solo un partido pero: hay que ganarlo.

Yo también era de los convencidos. Yo también tenía claro que este año sería más fácil y me he vuelto a equivocar. Si la pasada temporada con 19 veía al equipo en Segunda ahora lo vuelvo a ver con el infinito deseo de equivocarme otra vez.

En Primera todo se decide en las últimas diez jornadas y ahora nada te salva y nada te condena.

Veo en JIM a un buen entrenador como antes vi a Francisco como un salvador, pero en este Almería-empresa uno y otro deberán rendir cuentas al presidente y a éste no le temblará la mano.

Estamos peor. Con Francisco vivíamos mejor. Pero la historia la pueden cambiar los jugadores. Solo ellos pueden dar un giro a la delicada situación. Los entrenadores en Primera no tienen nada que enseñar a sus jugadores que ya están formados. Son meros estrategas y controladores de egos: dependen del futbolista en grado sumo.

Ha pasado un año y seguimos igual. Ha pasado un año y seguimos sufriendo mucho en Primera. Y lo peor es que esto solo se arreglará en dos o tres temporadas cuando la fábrica de jugadores nos empiece a dar alegrías. Ese tiempo está próximo.