El que no se consuela es porque no quiere, pero todo el mundo quiere consolarse y hacer menos amargas las penas. El Almería ha quedado eliminado de la Copa y eso no es bueno. Ningún hincha del equipo rojiblanco quería que los suyos cayeran ante el Getafe, y una vez consumada la eliminación toca entonar la melodía del derrotado: ‘No hay mal que por bien no venga, o toca centrarse en la Liga’.

Y es que el torneo del KO cumple una doble misión muy importante, dar minutos a los que menos juegan y ver en acción a los jugadores del Almería B.

Inoperancia
El Almería ha experimentado una evidente mejora en defensa, ahora es mucho más complicado batir la meta rojiblanca, pero sigue latente y cada vez más presente que la edición 2014-15  del conjunto que preside Alfonso García tiene una carencia de gol alarmante a la que, por lo observado en sus dos primeras comparecencias, no parece que pueda aportar demasiado Javier Espinosa.

El dominio, la posesión, las mejores llegadas y el control del partido fue del Almería hasta bien entrado el segundo período, pero esa superioridad sobre un Getafe con cuatro jugadores del filial no tuvo reflejo en el electrónico por dos motivos fundamentales: la falta de jugadores con capacidad para filtrar la pelota en el sistema de contención adversario y por la ausencia de olfato goleador de los rojiblancos. Las dos mejores muestras de esta ineficacia ante la meta rival fueron la oportunidad de Teerasil, solo ante el portero, y el cabezazo de Ximo fuera, a puerta vacía. Los más positivo del partido que pone punto y final a la participación rojiblanca en la edición de 2015 de la Copa del Rey estuvo en la ilusionante recuperación de Soriano, después de su lesión y comprobar el buen momento de forma del lateral Michel, el mejor de los rojiblancos.